POLICÍA LOCAL DE TARIFA (Página no oficial)

miércoles, 27 de abril de 2011

ESTADÍSTICAS POLICIALES ¿SON REALMENTE NECESARIAS?

Por: Jorge Benítez.
Oficial de la Policía Local de Tarifa
Experto en Criminología y Seguridad Pública.

Desde hace varios días hemos puesto a disposición de los seguidores de nuestro blog y de todo aquel que lo desee, las estadísticas de la Policía Local de Tarifa. A mi humilde entender, debemos otorgar a las memorias policiales la máxima importancia como herramienta objetiva y eficaz para la publicitación, comprensión y defensa de la tan incomprendida, y en muchas ocasiones menospreciada labor policial.



Unas estadísticas policiales no deben ser tan solo un número determinado de actuaciones que una vez aglutinadas, ilustradas y encuadernadas, duerman el sueño eterno en el cajón del primer político o jefe de turno que se precie.

Este registro de actuaciones puede tener tantas ramificaciones como estudios a nivel generalizado o específico queramos hacer de cualquier asunto relacionado con las funciones encomendadas a los agentes policiales, de las relaciones entre estos y los ciudadanos, de las relaciones entre los funcionarios policiales y otras áreas de la administración a la que pertenezcan, o porque no, de estos con otras administraciones externas, etc…


También encontramos que internamente se pueden valorar y analizar cuestiones tan relevantes dentro de las administraciones públicas como la producción efectiva de los funcionarios afectados (muy demandada en la actualidad, y que cada vez más, se estudia la posibilidad de vincular esta productividad a las retribuciones de los empleados públicos), el nivel de efectividad en las medidas aplicadas para las mejoras de la seguridad, índices de criminalidad, etc…

Como podemos observar, las estadísticas policiales se prestan a intentar solucionar desde una perspectiva puramente objetiva las cuestiones planteadas sobre un tema concreto, o entrar porque no, a valorar el funcionamiento correcto o defectuoso de un sistema establecido, sin dejar de lado la obviedad de que las estadísticas también se prestan a ser sesgadas por aquellos que las realizan o las mandan a realizar, dándole la orientación que mas beneficie a sus intereses eludiendo lo verdaderamente importante, que es la solución efectiva del problema.


Dejando claro que esta segunda opción ha de ser tenida en cuenta, vamos a soslayarla y centrarnos en los registros reales que son aquellos que verdaderamente nos ofrecerán unos resultados ecuánimes, permitiéndonos afrontar de manera correcta y regia las cuestiones que se nos planteen.

Las estadísticas policiales deben y tienen que ser la herramienta que cumpla una serie de objetivos primordiales, aunque ya ha quedado aclarado que son múltiples los factores que pueden ser objeto de análisis estadístico.

A continuación nos centraremos en aquellos aspectos que afectan de una manera generalizada a la función policial.

El primero de ellos lo encontramos en el hecho de dar a conocer a los ciudadanos el trabajo que realiza su policía, siendo esta la única forma de materializar la labor que los funcionarios policiales llevan a cabo. Con la divulgación de las estadísticas policiales logramos hacer efectivo el Principio de Participación, principio a través del cual la administración pone a disposición de sus administrados los datos objetivos y necesarios que permitan el acercamiento y la implicación en las políticas de seguridad, favoreciendo con ello una participación ciudadana que contribuya a la elaboración y el apoyo en las iniciativas políticas dirigidas a mejorar la seguridad en nuestras ciudades. De este modo, aumentamos la probabilidad de contar al menos con ideas y comentarios generalizados, cargados de fundamento o que al menos estén nutridos, en la medida de lo posible, de la mayor cantidad de objetividad posible.


Teniendo en cuenta la inmensa responsabilidad que vienen soportando los alcaldes de las ciudades en las últimas décadas en cuanto a la seguridad ciudadana que afecta a sus municipios, la iniciativa de promulgar y dar la máxima publicidad al trabajo policial realizado se hacen aún mas necesario, ya que por todos es sabido, el poder influyente que tienen sobre los gobernantes, (pertenezcan de la administración que pertenezcan), los comentarios y opiniones perniciosas que sobre los asuntos de interés público hace la ciudadanía, y mas aún si cabe, cuando el asunto a tratar es sobre la seguridad pública, dada la negativa influencia social que tienen los problemas derivados de la inseguridad ciudadana por las alarmas sociales que generan, sean estas razonadas o no, de ahí que el contenido de dichas opiniones deba estar lo mas fundado posible para que puedan ser contrastadas, o de lo contrario, pueda rebatirse tomando con ello decisiones NO impulsadas por las expresiones vacías y basadas en simples apreciaciones o experiencias personales que no reflejan la realidad social que en un momento determinado se vive. Esta falta de contenido en las opiniones y la consecuente toma de decisiones políticas basadas en ellas, genera en la mayoría de los casos una alarma social infundada y las posteriores repercusiones negativas para los funcionarios encargados de la seguridad, traduciéndose esto en una falta de apoyo social hacia los cuerpos policiales, desconfianza y un malestar generalizado hacia los mismos. Esta repercusión final a la que nos referimos, experimenta por el contrario una reacción que se contrapone precisamente con las expectativas esperadas por los gobernantes y ciudadanos, vertiendo nuevamente la culpabilidad sobre los funcionarios policiales, por los evidentes malos resultados debido a la equívoca toma de decisiones ausentes del imprescindible y preceptivo análisis.

Tras el análisis de esta primera función asignada a las estadísticas, los profesionales que nos dedicamos a la seguridad empezamos a sentir y a imaginarnos una sensación satisfactoria, experimentada ante el hecho de vernos apoyados y arropados por la inmensa mayoría de los ciudadanos, ya que siendo sinceros y realistas, nunca contaremos con el apoyo total de estos por los evidentes motivos que ya todos conocemos.

Del mismo modo las estadísticas deben ser planteadas como punto de partida ante los gobernantes que suelen atender de manera infundada y principalmente movidos por intereses exclusivamente electoralistas, a aquellos ciudadanos que cuentan con una percepción distorsionada de lo que realmente es un problema grave de seguridad, que requiera de medidas o de un planteamiento específico, y evitar con ello la toma de decisiones apresuradas, equivocadas y que llegan a distorsionar la realidad sobre el problema en el que se pretende intervenir.

El segundo de los planteamientos sobre las estadísticas policiales está basado en criterios técnico policiales. Las estadísticas deben representar de la forma más extensa y nítida posible la realidad dentro de la función policial. Esta debe estar estructurada en varios apartados matrices y en otros que de manera específica atienda a los problemas o dificultades que se planteen en el tiempo. Este estudio nos permitirá abordar el problema, apoyados en un preciso análisis generalizado y en otro de índole particular que nos ayude a comprender y nos permita estudiar la forma mas adecuada de atender el conflicto, procurando con ello el mayor nivel de éxito posible en su resolución.

Otra de las propuestas va dirigida a la organización y mejoras dentro del funcionamiento interno del cuerpo policial, ya que se pueden justificar de forma fundada un posible aumento de plantilla, la adquisición o la adaptación de materiales diversos, la modificación en el organigrama de la plantilla policial, la creación de unidades específicas, etc. Igualmente nos permitirá conocer la realidad que se esconde dentro de las plantillas formadas por funcionarios policiales, ya que el nivel de compromiso, profesionalidad, metas, etc. no se encuentra al mismo nivel en cada unos de los integrantes de la organización.

Parece interesante la idea de proyectar las estadísticas policiales como instrumento que contribuya a la correcta optimización de los recursos humanos dentro del propio organigrama. Para conseguir dicho objetivo, se necesita de ese previo conocimiento de la realidad a la que antes nos referíamos y posteriormente aplicar mecanismos de recompensa que sean proporcionales a las tareas realizadas, propiciando la motivación e impulsando la iniciativa dentro de un trabajo que requiere de forma imperiosa de estos dos requisitos (motivación e iniciativa), ya que los niveles mínimos productivos nacerán de los planteamientos o directrices marcadas por los superiores jerárquicos y de aquellos servicios demandados por los ciudadanos, al igual que los niveles máximos de producción serán fruto de la suma de las causas que motivan los niveles mínimos anteriormente enumerados, mas la suma de la propia iniciativa y celo profesional de los agentes.


Como hemos dicho anteriormente, la iniciativa debe necesariamente ir acompañada de aquellos mecanismos motivacionales, alcanzando con ello entrar en un círculo vicioso que propicie una retroalimentación que ayudará muy positivamente a alargar la vida laboral de los agentes en unas condiciones óptimas, teniendo en cuenta, como no podía ser de otra manera, la edad de los mismos, ya que el paso del tiempo revertirá negativamente en las necesarias condiciones psicofísicas para el buen desempeño de las funciones y tareas asignadas a los funcionarios policiales.

Ante la pregunta que encabeza este artículo “Estadísticas policiales ¿son realmente necesarias?”, solo cabe destacar, y para finalizar, que las estadísticas policiales se constituyen como la herramienta primordial para el buen funcionamiento de los cuerpos policiales, ya que si se plantean de la mejor forma, nos desvelará esa tan necesaria realidad que vivimos los profesionales de la seguridad, y nos ayudará a solucionar ese amplio abanico de conflictos que inciden negativamente en estos colectivos profesionales sometidos de manera incesante a presiones internas y externas que influyen negativamente en lo mas profundo y obvio de nuestra función principal, que es nuestra total entrega al servicio de los ciudadanos. Basados en estos registros, contribuiremos a que los ciudadanos conozcan la realidad diaria que vivimos los policías, cooperará igualmente con ese necesario aumento en la motivación de los agentes, las iniciativas y en las aspiraciones profesionales de cualquier buen policía que se precie. Este aumento viene propiciado por la observación que de estos registros hacen los propios agentes, apreciando el fiel reflejo del trabajo realizado y disfrutando con ello de esa sensación placentera que se experimenta al poder comprobar que un año mas hemos contribuido y hemos aportando nuestro granito de arena en mejorar nuestra sociedad y con ello, pretender lo que todos aquellos que nos dedicamos a la función pública deberíamos desear, y que es la consecución de una convivencia segura y pacífica, aunque se de sobra, que suena un tanto idílico.

jueves, 21 de abril de 2011

¡¡CUIDADO AHÍ FUERA!!

El pasado miércoles recibí la tan desagradable noticia de que dos agentes de la Policía Local de San Roque habían sido agredidos por un caco cobarde que arremetió contra uno de los compañeros por la espalda, dejándolo medio inconsciente e intentando posteriormente rematarlo con una botella, como si de un animal se tratara. Afortunadamente tenemos que decir que no consiguió su macabro objetivo, gracias a su propia intervención e instinto de supervivencia y la de su binomio , que aunque a punto de desvanecerse por el fuerte golpe en la cara en el que llegó a fracturarle el tabique nasal, llevaron a cabo una acertada decisión en ese momento, intimidando y evitando con ello que la cosa fuese a mas y tuviésemos que lamentar alguna otra desgracia.

En primer lugar, quisiera felicitar a estos dos compañeros por su actuación, ya que dentro de la gravedad en este desafortunado asunto, consiguieron lo mas importante y preciado para los profesionales que nos dedicamos a la seguridad, y que es VOLVER VIVOS A CASA.

En segundo lugar, quisiera mandar mi mas sincero y enérgico mensaje de apoyo y deseos para que os recuperéis pronto y volváis al tajo, ya que esta puta sociedad sigue demandando y necesitando policías que cuenten con el nivel de profesionalidad y entrega que ustedes habéis demostrado.

Como un buen luchador, sabías que no podías caer y no caíste. Por desgracia tengo que decir nuevamente que tengo otro compañero con el que poder revivir una desafortunada intervención de la que ningún profesional de la seguridad está exento (excepto los que ya todos conocemos). Si tanto decimos que hay que sacar lo positivo de las cosas, lo único que podemos hacer es esperar a que te recuperes y charlemos un rato, nos comentes tu experiencia y aprendamos de ello.

UN FUERTE ABRAZO DE UN POLICÍA Y CRIMINÓLOGO A OTRO.

J. Benítez.


martes, 12 de abril de 2011

CURSO DE INSTRUCTOR DE LA ACADEMIA DE POLICÍA DE LA COMUNIDAD DE MADRID

El curso de Instructor de Tiro Policial que imparte la Academia de Policía de la Comunidad de Madrid, ya es más famoso. Durante el año 2009 se llevó acabo el primer curso de Instructor en ese centro formativo, y varios medios especializados se hicieron eco del mismo. Incluso Antena 3 TV emitió, en las noticias, unos minutos comentados sobre el curso. Yo mismo redacté, como miembro de esa primera promoción, un texto que vio la luz en el periódico ARMAS y en la revista WAR HEAT. Ahora, el 6 de febrero de 2011, el diario ABC Madrid vuelve a dar pábulo a este curso que cobra, por año, más prestigio.


La segunda promoción de instructores de tiro, de la Academia de Madrid, culminó su formación durante el mes de noviembre de 2010. Durante el curso estuvo presente una redactora del diario ABC Madrid, la cual recabó datos para redactar un artículo al respecto. Su trabajo tardó un poco en salir a la luz, pero salió. Hoy lo daremos a conocer en este blog. También se ha hecho eco del artículo mi amigo José Jiménez Ortiz, del blog: tiropolicialbalisticaforense.blogspot.com

Ortiz ha formado parte, con aprovechamiento, de la segunda promo de ese curso. (Ernesto Pérez Vera)

Un curso de instructor de tiro de la Policía de la Comunidad: “enseña a neutralizar a delincuentes, sin daños a terceros”

Por: Mª. José Álvarez, desde Madrid.


«Un vehículo embistió un coche policial y se dio a la fuga. Agoté el cargador disparando a las ruedas sin éxito, y los delincuentes, además de seguir disparando, huyeron. Al final, destrozaron los dos coches patrullas que les perseguían. Hoy actuaría de otra forma», asegura David Martínez, cabo encargado de instrucción de tiro de la Policía Local de Móstoles.

Eso le ocurrió cuando sólo llevaba 24 meses en el cuerpo. Han pasado 14 años desde entonces, y la experiencia, unida a su profesionalidad, le han enseñado a no cometer errores. Él es uno de los 33 alumnos del curso de instructor de tiro que imparte, por segundo año consecutivo, la Academia de la Policía Local de la Comunidad de Madrid. El mejor curso de España. Está considerado el «mejor curso de España» por los expertos, no en vano,… “7” de las 33 plazas corresponden a agentes de otras regiones (Palma de Mallorca, Gerona, Tenerife, Sevilla...). Incluso hay un miembro del Ejército. El cursillo, gratuito, va dirigido a agentes en activo que se encargan de la Seguridad Ciudadana, la seguridad de las personas o escoltas. Forma parte de la formación continúa de los agentes del cuerpo, explicó Agustín Carretero, director gerente de la Academia.

«Es una especie de master; además, para poder acceder a él hay que ser monitor de tiro —está capacitado para dirigir prácticas de tiro en sus plantillas— o, en su defecto, acreditar los conocimientos y la experiencia suficiente en este ámbito», indica Ángel Luis Giménez, coordinador de Operativa Policial de la Academia regional.

Hay una regla de oro: utilizar el arma como último recurso, y en caso de tener que hacerlo, el objetivo de todo policía es no producir daños a terceros ni efectos mortales a otras personas y neutralizar al delincuente lo antes posible. Para lograrlo, es esencial, además de emplear la munición y situarse a la distancia adecuada, conocer la trayectoria de la bala, su velocidad así como los efectos y los daños que causa en el organismo, en función de su capacidad de penetración. De todo ello versa la instrucción de tiro para policías, de la que se encargan los cuatro profesores que imparten el curso a 33 alumnos.

Instrucción realista.

Usar la carga adecuada «El daño solo lo tiene que recibir el delincuente con el menor número de disparos posibles, y para ello hay que emplear la munición adecuada»

Con la titulación de instructor, el agente se convierte en el responsable de tiro de los distintos cuerpos locales de los ayuntamientos y traslada los conocimientos adquiridos, solicita la munición adecuada y colabora en el plan de formación. La instrucción de tiro policial forma parte del último escalón en la materia, tras la técnica de tiro de defensa, tiro táctico —edificios y situaciones complicadas de baja luminosidad...— y monitor.

«El carácter novedoso de esta enseñanza es que es cien por cien realista, es decir, analizamos qué ocurre con los distintos tipos de munición, algo que nunca se había visto hasta el momento», subraya Javier Pecci, responsable de la unidad de tiro de la Academia y ex miembro de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, similar al de los GEO en la Policía Nacional. Otra de las novedades es «que las prácticas se realizan en una gelatina de uso balístico con una resistencia y densidad similar a la del cuerpo humano, incluidos huesos, músculos y tendones».

Son pruebas reales, alejadas de los bulos que crean las series de televisión. En la práctica prueban con siete tipos diferentes de proyectiles en dos bloques de gelatina puestos de costado —la peor de las situaciones — que simulan los torsos de dos personas. Los dos primeros son los convencionales, usados por los cuerpos policiales: blindado y semiblindado, al ir la bala recubierta de latón. «Son una temeridad en la vía pública por ser muy penetrantes; pueden dañar hasta a tres sujetos ajenos al delincuente y aumentar los daños al no ser compactas por los fragmentos que se diseminan y los rebotes», aclara Pecci.

«Te enseñan a no disparar»

Además, se da la circunstancia de que cada municipio utiliza un tipo de carga diferente. La munición semiblindada es la más nociva y la más mortal, cuando se pensó que supondría una mejora respecto a la blindada. Un ejemplo de ello ocurrió en la Puerta del Sol, cuando un turista perdió el ojo a causa de la esquirla de una bala hace unos meses. «Se trata de que el daño sólo lo reciba la persona al que va dirigido y para ello hay que emplear la munición adecuada; en caso contrario, un sujeto puede recibir múltiples impactos sin conseguir el efecto deseado».

Por ello, este experto, junto a sus experimentados alumnos, aboga porque se homologue la munición para todos los cuerpos locales y autonómicos. A todo ello, añade la necesidad de poder utilizar armas largas en caso de lucha antiterrorista o rehenes, y no cortas, como ahora.

En la región puede mejorar la situación ya que se está ultimando un nuevo reglamento. «En contra de lo que pueda parecer, aquí te enseñan a no disparar. La formación te permite controlar el arma y el nivel adecuado de respuesta», indica José Jiménez, encargado de tiro… «Cuando haces uso de ella es porque la amenaza es letal», tercia David Martínez de Móstoles. Imprescindible en la galería de tiro: hacer uso de los cascos. Con cada detonación, el sonido cambia, al igual que las balas: unas se deforman y otras no. Lo mismo sucede con los casquillos. «Lo ideal es disparar de frente, con el arma a la altura de la nariz o de la frente y a unos cinco o seis metros», asevera el profesor.

Hay muchas falsas creencias debidas a la ignorancia, indicó. Entre ellas, la de que los agentes tienen que disparar a extremidades. «Cuando se quiere incapacitar a alguien en casos de grave riesgo para las personas se apunta al abdomen, procurando hacer las mínimas detonaciones. He vivido casos de terroristas que han recibido varios tiros en las piernas y siguen corriendo, y lo que es peor, disparando porque los efectos de las heridas no son inmediatos».

«SI ME OCURRE A MÍ NO LO CUENTO» BALAS CONTADAS.

Los agentes municipales usan proyectiles de 9 milímetros. Los agentes de Policía Local tiene la munición tasada: cien proyectiles al año y no pueden tener fusil. En cambio, se da la paradoja de que los cazadores utilizan cargas más potentes y pueden comprar entre mil y cinco mil balas al año según el tipo de arma. La Policía Local tiene vedado el uso de armas largas. Usan revólveres de seis cartuchos “o pistolas semiautomáticas” y las balas son siempre de 9 milímetros. En el mercado negro, los infractores adquieren todo lo que desean y lo manipulan para causar más daño. Se enfrentan a bandas con kalashnikovs y fusiles de asalto.

Pruebas reales. Las prácticas se realizan en una gelatina especial con una resistencia y densidad similar a la del cuerpo humano. Los delincuentes siempre van por delante de la Policía. Ésta, cada vez más, se enfrenta a miembros de peligrosas bandas organizadas que usan Kalashnikov, fusiles de asalto y revólveres. Es un combate desigual en el que se sienten limitados. De ahí, la necesidad de utilizar armas largas, de la formación y la unificación de criterios, indicó Juan Santadreu, responsable del departamento de Armas de Tiro en Llucmaior. Una opinión que es compartida por sus compañeros.

«Viví una situación límite. Fue en 2007 y de no tener los conocimientos adecuados no habría salido vivo de ella. Así lo explica un agente municipal gaditano. Fue arrastrado por un individuo al que trató de identificar por circular a velocidad excesiva. Éste huyó dejando la puerta abierta y arrastrando al policía 50 metros marcha atrás; por suerte pudo aferrarse a duras penas a la ventanilla para no acabar en los bajos del vehículo. En su camino, impactó con diez coches aparcados. Sufrió unas lesiones gravísimas. Al final, su pericia hizo que pudiera sacar su arma reglamentaria y disparar al conductor, quien se dio a la fuga. Era un delincuente con múltiples antecedentes y con una orden de busca y captura internacional. «Menos mal que te ha ocurrido a tí, yo no lo habría contado», le dijo un compañero. ¿El motivo? Haber sabido usar su arma con cabeza. El tribunal médico dictó su incapacidad permanente parcial. El año pasado él, todo un experto en tiro defensivo, fue uno de los alumnos del primer curso de instrucción de la Academia regional de Policía Local. «Es muy bueno, emplea técnicas sencillas, nada complejas para salir airoso lo antes posible de cualquier enfrentamiento o situación de peligro teniendo en cuenta los cambios fisiológicos que el organismo experimenta en una situación de estrés».■