POLICÍA LOCAL DE TARIFA (Página no oficial)

martes, 29 de junio de 2010

Condiciones de Porte del Arma para el Servicio

Ernesto Pérez Vera
Instructor de Tiro Policial y Defensivo


La operatividad de nuestras armas está relacionada, directamente, con la forma o condición de su porte. Existen varias formas de portar el arma durante el servicio y, solo, el agente portador, deberá decidir de que modo debe llevarla. Para ello, el agente debe ser consciente, honesto y responsable consigo mismo y con los que le rodean y no portar el arma de modo que, él mismo o sus semejantes más cercanos, puedan provocar o sufrir un accidente por falta de pericia, habilidad o seguridad en el manejo del arma.

No obstante, existen situaciones en las que son las normas establecidas, las que nos obligan o determinan, la forma de portar el arma, y no será el portador quien pueda elegir. Por ejemplo, durante la estancia en galerías de tiro, academias, o determinados servicios policiales, suelen existir normas que establecen una, concreta, forma de portar el arma.

Existen, en España, cuerpos policiales que, mediante normas internas, prohíben el uso y porte arma en determinada condición de porte. Seguidamente, analizaremos cuatro formas o condiciones de porte de arma corta durante el servicio:

Condición Uno: El uso de esta condición de porte, es solo recomendable en pistolas de S.A. Hasta la aparición de las pistolas con mecanismos de Doble Acción, y la inundación del mercado con armas dotadas de este sistema de disparo, en EEUU, la Condición UNO era la forma más usada por los agentes policiales, pues la inmensa mayoría poseían pistolas con mecanismos de solo Simple Acción.

Consiste, la Condición UNO, en portar el cargador lleno de munición, un cartucho en recámara, martillo montado (posición más retrasada y preparado para disparar) y seguro manual activado. De este modo, el agente, tras extraer el arma de su funda, solo tendrá que desactivar el seguro y abrir fuego en Simple Acción. Como antes ya se dijo, este sistema sería válido solo en armas de Simple Acción, si bien, en las armas de Acción Mixta se podría usar también, sin que yo lo recomiende. También, es posible usar el revólver en esta condición de porte, pero, lógicamente sin seguro manual; también lo desaconsejo, tanto si el revólver es de S.A. como si es de acción Mixta.

Condición Dos: Es la condición ideal para portar armas de Doble Acción, yo la recomiendo, -siempre que el portador esté debidamente adiestrado y mentalizado- De hecho, yo, siempre he portado mis armas de ese modo. Es, sin duda alguna, la forma más rápida, de hacer “fuego” y la más segura de portar un arma. Los portadores de revólveres siempre han “ido así” y nadie se ha rasgado las vestiduras… ¿Por qué ahora, la gente, con la pistola se llevan las manos a la cabeza?

Consiste, la Condición DOS, en llevar el cargador lleno de munición, un cartucho en la recámara y martillo en posición de reposo, llevando el seguro manual activado o no, eso es algo que no modifica esta condición de porte. Yo personalmente NO lo llevo activado y recomiendo, como normal general, no activarlo.



El sistema de disparo, de las armas que manejamos, debe comprenderse y conocerse muy bien. No es igual llevar, por ejemplo, una Sig Sauer P-2002 o una HK-USP, con cartucho en recámara, que una FN-P9-DAO, o una CZ-100 (ambas son DAO -Double Acción Only- o sea, Solo Doble Acción) Las primeras reseñadas, son armas de Acción Mixta, o sea S.A./D.A., al menos, como norma general, pues como casi todas las armas modernas, pueden ser “reconvertibles” a diversas formas de disparo. Así pues, llevando alimentada la recámara y disparando en D.A., tras ese primer disparo, el resto, se producirán en S.A.

En el caso de las armas referidas en segundo lugar, tras efectuar el primer disparo, tanto ese, como el resto, se tendrán que efectuar, forzosamente, en Doble Acción. Esto, como es lógico, supone presionar el disparador con más presión que en S.A. y con mayor recorrido. Con armas como las Glock, pasa algo parecido, en ambos casos la presión es idéntica en cada disparo, si bien, en Glock, está muy conseguido el recorrido y presión, constante, del disparador. En este caso, no será un martillo el que se libere y golpeé sobre la aguja percusora.

Todavía, son muchos los agentes, usuarios de armas de D.A., que portan siempre la recámara vacía, y para entrenar, tras introducir el cartucho en recámara, efectúan sus disparos siempre en Simple Acción. Muchos de esos agentes, el día que surge una situación de riesgo, y siempre que les de tiempo a reaccionar (cuando un policía acude a una llamada de un atraco, u otra situación hostil): alimentan la recámara y dejan el arma en doble acción, ¡por lo que se pueda presentar¡ Precisamente, el día que parece que pueden tener que hacer uso del arma, acuden a la condición dos, justo la que jamás han entrenado.

Lo anterior, lo único que puede provocar es que, el agente en el momento del enfrentamiento, NO recuerde que tiene el arma lista para hacer fuego, perdiendo tiempo en montar nuevamente el arma, consumiendo, por tanto, tiempo de respuesta y reacción; arriesgando, aún más, ante su agresor. Otra circunstancia que se puede dar, y de hecho, ocurre con frecuencia, es que, el agente olvida extraer el cartucho de la recámara al acabar el servicio y ¡como jamás porta así su arma!…provoque un accidente que acabe con lesiones graves o con la vida de un compañero o ciudadano. Créanme, esa es la causa casi principal de muchos accidentes mortales con armas de fuego en nuestro país.

Son demasiados los instructores de tiro policial que no enseñan técnicas de tiro en Doble Acción. Esto ocurre porque ellos mismos no dominan la técnica y en el peor de los casos…ni las conocen. Son esos mismos instructores los que han llenado las cabezas de sus compañeros de mitos y leyendas urbanas contrarias al uso de la Doble Acción y al cartucho en recámara.

Un ejemplo muy claro para hacer comprender la eficacia y necesidad de la Doble Acción, es el que usó Don Javier Pecci en su obra: MANUAL DE TIRO TÁCTICO POLICIAL Y DE DEFENSA. El ejemplo es el siguiente, veamos: cuando ustedes conducen un coche con aire acondicionado ¿Usan el aire acondicionado a poco que tengan un poco de calor o por el contrario, esperan a que la temperatura llegue a los 40º C (o sea, el extremo)? De esperar a que lleguen los 40º C, sería tardío e ineficaz usar el aire acondicionado ¿verdad? Para entonces, ya estarán empapados en sudor, manchadas sus ropas, etc.

Pues con la Doble Acción pasa lo mismo. Si recurren a ella tarde, en el último momento, no serán tan eficaces como si desde el primer minuto de servicio, ya van en esa condición de porte del arma. Naturalmente, y siempre hago hincapié, deben instruirse en el empleo del arma en esa condición de porte y disparo.

Deben saber que, cuando montan el arma en una actuación, pasan varias cosas en su entorno, en su mente y en su cuerpo. Lo primero es que, cuando monta el arma ante una posible amenaza, usted estará muy nervioso, seguramente extremadamente nervioso, de lo contrario la situación no es extrema y montar el arma no sería necesario. Espero que nadie monte el arma cada vez un ciudadano le de un grito o lo insulta. Así pues, entiendo que si se monta el arma es porque algún peligro está acechando, y además, se intuye un ataque inminente. También, como norma general, existirán ciudadanos inocentes en las inmediaciones y en el entorno de la acción.

En tal estado de nervios, -lógicos y naturales cuando una persona se siente en grave riesgo- usted estará manipulando el arma y rodeado de ciudadanos ¡no es eso más peligroso que llevar el arma lista para hacer fuego y no tener que hacer manipulaciones bajo ese estrés…! En esos casos, con ese nivel de estrés, son muchos los disparos NO deseados que se producen. No es tan fácil que se “escapen” disparos en D.A., toda vez que, el disparador tendrá un recorrido más largo y requerirá de, como norma general, el doble de presión para “sacar” el disparo. De verdad, no es fácil que se nos escape un disparo en D.A.

Algunos detractores del uso del cartucho en recámara en armas de D.A., repiten, continuamente, a aquello de: “…si te desarman…te darán un tiro con tu arma…”, eso, hasta cierto punto, tiene sentido, pues si el arma está lista para abrir fuego, y un delincuente consigue desarmar al agente, podría disparar de modo rápido contra él. ¡Pero digo yo! ¿Cuántos casos conocen como el del supuesto expuesto? y al que, por cierto, muchos recurren por miedo a sí mismos. Sean honesto, muy pocos ¿verdad? seguramente, no conocen ningún caso. Yo conozco uno o dos casos en España, y además, el arma no iba alimentada, sino que el “malo”, tras hacerse con ella, la montó.
Ahora, vamos al caso contrario, y sean igual de honestos ¿A cuantos agentes conocen que, por ir con cartucho en recámara, han salvado la vida o han tenido capacidad de respuesta ante una agresión letal? Yo conozco muchos casos, infinitos, yo mismo pasé por ello, y seguramente, por eso estoy ahora ante vosotros. De este segundo supuesto, seguro que conocen muchos casos, si no en el entorno cercano, si por medio de compañeros o de la prensa, ¿verdad?

Condición Tres: (solo para pistolas) Es la más usada en España por agentes de las FYCS (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad), miembros de las FAS (Fuerzas Armadas) y personal de Seguridad Privada (escoltas). También, es muy usada por los ciudadanos particulares que poseen la Licencia B -licencia que autoriza el porte de armas cortas para seguridad personal-

Esta opción, consiste en portar el cargador lleno, recámara vacía y martillo en reposo o activado, y de igual modo, el seguro manual en caso de existir, que podría ir activado o no. En estos casos, el tirador una vez efectuado el desenfunde, debe montar el arma tirando de la corredera hacia atrás y liberarla -dejarla avanzar para alcanzar la obturación- Una vez alcanzado este punto, el arma estaría lista para hacer fuego. En caso de que el seguro manual estuviera activado, -no lo aconsejo- habría que desactivarlo, esto se podría hacer antes o después de montar el arma -una maniobra más-

Tras todo lo anterior, el arma estará dispuesta para hacer fuego. Pero, dependiendo de si el arma es de: Solo Doble Acción (DAO), de Solo Simple Acción (SA), de Acción Mixta (DA), u otros sistemas, se podría producir el disparo en una u otra modalidad. Por ejemplo, y usando armas muy comunes: si se porta el arma en Condición 3, y el arma es una HK-USP-C, el arma quedará, tras montarla, en Simple Acción. Igualmente ocurrirá si el agente porta la, todavía en reglamentaria en la Guardia Civil, Star BM de Simple Acción: el arma, también, quedará presta para el disparo en S.A.

Por el contrario, si el arma en cuestión es una de sistema DAO (Solo Doble Acción), como por ejemplo, la Cz100, usada en varios cuerpos de P.L. de Andalucía, el arma, tras serle introducido el primer cartucho en recámara, estará lista para el fuego en Doble Acción. En este caso, no solo será el primer disparo en D.A., sino que todos lo serán. Si estuviéramos de una pistola Glock, la situación sería muy similar a la descrita antes con la DAO, pero sin ser mecánicamente iguales sus sistemas de disparo. En ambos casos, la presión, tensión o “peso” y recorrido del disparador, sería idéntica en cada disparo, una acción continua.

Lo negativo, de esta modalidad, es que ralentiza la posibilidad de hacer fuego de modo inmediato una vez desenfundada el arma. Algunos creen que siempre tendrán tiempo de montar, y confían en sus habilidades en el campo de tiro, incluso se recrean diciendo que: montan el arma de modo súbito con una mano. Los que dicen o creen esos extremos, aún no saben que la galería de tiro es muy diferente a la verdad de la calle. La calle es donde nuestra vida estará en peligro y no siempre sabremos o podremos hacer aquello que, en la galería de tiro, hacemos de modo magistral.

Otros, a favor de esta condición, defienden la posibilidad de que en caso de serles arrebatada el arma, el arrebatador no podrá abrir fuego de modo inmediato. Esto, es algo cierto si el agresor es una persona poco o nada adiestrada. Debemos ser conscientes de que, cada día son más numerosos los delincuentes adiestrados en el manejo de armas, y que además las usan sin pensarlo y sin remordimientos -se conocen casos en España- Pero algunos parece que no conocen las estadísticas, y es que: solo a un agente de cada muchos miles, que se enfrentan a un agresor, es desarmado y encañado por su propio arma.

¿Cuántos casos conocen de agentes que hayan sido desarmados y encañonados por su propia arma? ¿Y cuantos casos conocen de agentes que salvaron su vida por llevar el arma lista para hacer fuego desde Doble Acción? Sean honestos, ganan las respuestas a la segunda pregunta, además, de modo arrollador, ¿Verdad? ¿Les suena el párrafo? Claro que les suena, me repito apropósito.

Algunos defienden la teoría de que, al montar el arma, en este caso, la pistola, el característico ruido de la corredera al obturarse, puede asustar al delincuente agresor. Bueno, esto puede ser cierto en casos concretos, -casos de personas agresivas pero que no están siendo un peligro inminente, sino potencial- pero no precisamente va a funcionar ante el delincuente que ya ha decidido atacar y que de hecho, ya está atacando.

En cualquier caso, si portamos el arma con recámara alimentada, -condición Dos- y la situación puede “salvarse” con esa maniobra onomatopéyica -característico ruido- pues nada, se monta el arma, se hace el “ruidito”, y se pierde un cartucho, si eso funciona…genial, nunca es agradable disparar a una persona. Que NO funciona el “ruidito”, pues: fuego.

Condición Cuatro: Es la forma de portar el arma cuando se está en periodos académicos, dentro de los centros de formación y enseñanza. También se usa, esta forma de portar el arma, para deambular en las galerías de tiro o para prestar ciertos servicios policiales, como por ejemplo: la custodia de detenidos en calabozos. Esta condición es una opción válida tanto para pistola como para revólver.

Consiste en portar el cargador lleno PERO EN LA FUNDA O EN UN BOLSILLO, recámara vacía y arma en la funda. Es el modo más lento para poder abrir fuego. Así pues, el agente deberá extraer, a la par, el arma y el cargador, introducir el cargador en el arma, tirar de la corredera hacia atrás y dejarla ir libre hacia delante para introducir el primer cartucho, del cargador, en la recámara. Tras eso…se podrá hacer fuego. Si se lleva activado el seguro manual…se tendrá que consumir un instante más en desactivarlos… ¿tendremos siempre tiempo de tantas cosas…?

Existen tantas maneras de denominar a las condiciones de porte del arma, como autores. En este artículo he usado las mismas acepciones o denominaciones que usa la Asociación Española de Instructores de Tiro Policial, a la cual pertenezco.■

PUBLICADO EN ARMAS.ES DEL MES DE OCTUBRE DE 2009

sábado, 19 de junio de 2010

POSICIÓN SUL O GUARDIA BAJA PLEGADA

Ernesto Pérez Vera
Instructor de Tiro Policial y Defensivo


La posición SUL, también llamada Guardia Baja Plegada, es una posición o técnica que permite mantener el arma corta empuñada, con garantías de eficacia y seguridad, en situaciones de ALERTA.

Considero que la posición SUL es una técnica de excelentes posibilidades para el sujeto que porta arma corta, tanto a nivel profesional, como a nivel de defensa personal civil. Ofrece la posibilidad de mantener el arma controlada por el portador, mientras dirige la boca de fuego al suelo, para, con ello, minimizar el riesgo de lesión accidental por disparo no deseado; esa fue la primordial idea del creador de la técnica.

Siempre que usemos la Técnica SUL estaremos ante una situación de riesgo potencial o inminente, incluso puede que la estemos usando justo después de un enfrentamiento, es por lo que esta técnica debe ser considerada de seguridad y de alerta.

La técnica que nos ocupa, fue creada en 1997 en Sao Paolo, (Brasil) cuando un Marine norteamericano estaba instruyendo a una unidad especial de la Policía de esa ciudad, que por cierto, junto a Río de Janeiro son las ciudades del mundo donde más enfrentamientos armados policiales se producen y donde más bajas se causan a las Fuerzas del Orden (1). También, estas dos ciudades son donde las Fuerzas de Seguridad causan más bajas a los narcotraficantes y demás delincuentes a los que se enfrentan.

Este instructor privado, y ex-Marine, se dio cuenta de que los agentes a los que estaba instruyendo, no mantenían las normas de seguridad durante sus ejercicios y manipulaciones del arma. Se percató de que en las progresiones en equipo, siempre dirigían la boca de fuego hacia el compañero que les precedía o incluso hacia lugares donde un disparo, no deseado, podría alcanzar a personas ajenas al escenario. Con esta técnica, su creador, consiguió que el arma dirigiera la boca de fuego hacia el suelo, por eso se bautizó a la posición con el nombre SUR, (punto cardinal) lo que en portugués, (idioma oficial en Brasil) se escribe SUL; “el SUR está hacia abajo, como el suelo”

Se puede decir que es una técnica de Seguridad porque, al mantener la boca de fuego hacia abajo, hacia el suelo, estamos evitando que en caso de disparo no deseado, el proyectil alcance por accidente y de modo directo a alguien a quien, en principio, no teníamos intención de disparar. No olvidemos que si estamos en posición SUL es por que existe una situación hostil grave, y eso, aunque no queramos y no nos demos cuenta, nos altera metal y físicamente, lo cual implica un potencial riesgo de accidente. Esta técnica, también es ideal para realizar progresiones de equipos tácticos en lugares cerrados, de ese modo, el arma nunca está dirigida a la espalda del agente que se sitúa inmediatamente delante.

Para esto, las progresiones y entradas dinámicas y tácticas, se emplean otras técnicas, como la que dirige la boca de fuego del arma, hacia arriba. Esto ha suscitado, y sigue haciéndolo, infinitas polémicas sobre: ¿arma hacia arriba o abajo? Pero eso podría ser el tema de otro trabajo, aunque ya existen muy buenos artículos al respecto, como el de mi amigo Cecilio Andrade.

La Posición SUL, como técnica de alerta, es extremadamente eficaz. Para sacar el máximo partido de ella, se debe obtener un entrenamiento dirigido de modo adecuado. Desde la posición SUL, se pasa, de modo muy rápido y eficaz, a posición de fuego con dos manos, alcanzando sobresalientes resultados en el blanco, en distancias cortas de hasta siete metros. Una vez se detecta la necesidad de abrir fuego, el empuñamiento que se consigue es muy simétrico y permite hacer fuego eficaz, sin tomar miras, sin elevar el arma a la altura de la cara. Naturalmente, esto dependerá de la distancia que nos separa del sujeto agresor, por tanto esa distancia determinará también la velocidad con la que hay que abrir fuego.

En cualquier caso, el primer y segundo disparo se podría hacer con el arma prácticamente pegada al esternón, (tercer ojo “alto”) y si aún hay tiempo y necesidad…se elevaría el arma a la altura de la cara sin deshacer el agarre. De ese modo, podríamos hacer disparos más precisos. El uso, bien entrenado, de esta técnica, asegura una eficacia extrema de los impactos. Sin perder tiempo alguno, se puede continuar disparando desde la primera posición, hasta la de arma encarada.

La Técnica SUL es ideal para situaciones relativamente cotidianas en el trabajo policial, por ejemplo para cubrir a un compañero mientras se realiza un cacheo a un sospechoso; o durante la aproximación, o identificación, a un conductor de un vehículo o a sus ocupantes; naturalmente siempre que la situación nos lo aconseje. También, durante los instantes posteriores a un enfrentamiento armado, tanto si hemos participado como si hemos llegado de refuerzo y apoyo, la Técnica SUL puede ser muy aconsejable.

Piensen que al tener el arma empuñada a la altura del pecho, ésta, no es fácilmente visible, (el arma podría confundirse con el color oscuro del polo, camisa o jersey policial) o al menos, es menos visible que si se usa la típica técnica de guardia baja a 45º o prevenido, la cual, además de ser más llamativa y provocar miradas externas, pueden provocar pánico en los civiles que detectan a un agente “pistola en mano” en la plaza del pueblo. También, al estar el arma en contacto con el cuerpo, pondrá más complicado el desarme violento del agente en caso de que alguien lo intentara, siendo más fácil, el desarme, si se emplea la posición antes referida.

Ni que decir tiene que, desde posición SUL a posición de fuego eficaz, bien desde el esternón o encarando el arma, se pasa de un modo más natural y más rápido que desde la posición clásica de guardia baja de 45º, la cual, por cierto, es una técnica nacida del tiro deportivo de precisión, o sea, nada táctica.

En España son varias las escuelas privadas que adiestran en esta técnica, como por ejemplo SUAREZ INTERNATIONAL, si bien a nivel oficial, solo me consta que la enseñen en la Academia de Policía Local de la Comunidad de Madrid, donde la A.E.I.T.P., (Asociación Española de Instructores de Tiro Policial) es oída y tenida muy en cuenta. Algunos de los miembros de esta asociación de Instructores, forman parte de la plantilla de profesores del citado centro de formación de la Comunidad de Madrid. También es cierto que, cada vez son más los agentes que acuden a la formación privada en materia de tiro y por ello esta técnica se va haciendo familiar en las galerías de tiro españolas. Hay que significar que esta técnica es de aplicación muy similar en armas largas, pues comparte la misma filosofía de uso que se ha descrito en este artículo para el empleo en arma corta.■

(1) Entre 1996 y 2006 en Brasil fueron asesinados 460.000 personas, la mayoría lo fueron por armas de fuego en Río de Janeiro y Sao Paolo. Cabe destacar que entre 2004 y 2008, solo en Río de Janeiro fueron asesinados casi 600 agentes de policía. También en esta ciudad, los agentes abaten un 327% más de delincuentes que en el resto del país.

jueves, 10 de junio de 2010

ESTUDIO REALIZADO POR EL F.B.I.: ENCUENTROS ARMADOS EN LA ERA DEL 2000

Por: Ernesto Pérez Vera

Los que habitualmente siguen mis comentarios, ideas, reflexiones, y experiencias, plasmadas en artículos, sabéis lo mucho que enfatizo en todo que rodea al encuentro armado y a su dinámica. Tanto es así, -lo anteriormente expresado- que tengo “títulos” totalmente dedicados a ese asunto, y cuando el título es otro y el artículo va por otros derroteros, siempre acabo buscando un resquicio donde recalcar y puntualizar aspectos, a veces, claves en un encuentro armado.

Una vez más, aparezco con el mismo tema, y por más que me repita en esta materia, siempre será poco. Pretendo con ello que, tras leer, reflexionen y que además lo hagan con mucha sinceridad y honestidad; seguro que ello les ayudará a ver las cosas de un modo real y alejado de lo que hasta ahora, a casi todos, nos han contado.

En el transcurso de la celebración del congreso anual de la International Association of Chiefs of Police (IACP), el F.B.I. norteamericano, recientemente, expuso los resultados obtenidos tras un estudio elaborado, durante cinco años, expresamente sobre: Los enfrentamientos armados. Para ello, los agentes encargados del estudio, analizaron las pruebas y evidencias de 40 casos, -todos producidos en lo que va de década- de personas que, con armas de fuego, acometieron a funcionarios policiales. También, fueron encuestados 50 agentes de policía involucrados en encuentros armados.

Las conclusiones obtenidas no son nuevas para los que estamos comprometidos con este tema. Muchas de las conclusiones, del estudio, ya han sido expuestas y estudiadas en numerosos artículos al respecto, algunos de lo cuales, están, con mi firma, publicados en este blog.

Una de las cosas que, claramente, quedaron de manifiesto fue que los delincuentes que, sin remordimientos, atacaron a los agentes, tenían experiencia previa de lucha en la calle, no siendo así en el caso de los agentes. Muchos de los entrevistados en prisión, admitieron que tenían experiencia en enfrentamientos con armas. De ellos, bastantes pertenecen a bandas callejeras enfrentadas con otras bandas. El 25% de los encuestados, tenía experiencia en más de 5 tiroteos.

Algunos admitían que solían entrenar con armas de fuego, llegando, alguno de ellos, a manifestar textualmente: "No tienes que dudar en disparar ni un momento. Si dudas, estas muerto. O tienes el instinto o no lo tienes, y esto, si no lo tienes, tendrás problemas en la calle”. Así funciona la mente de estos delincuentes. La nuestra, del lado de La Ley, debería funcionar igual.

La mayoría usó armas cortas de fuego. En el 99% de los casos analizados, las armas, fueron obtenidas de modo ilícito en el “mercado negro”. Algunos de estos sujetos portaban dos armas, esto fue así en un 40% de los casos. Casi todos admitieron entrenar, con cierta frecuencia, el manejo del arma y del tiro, aduciendo, uno de ellos: “si los policías entrenar con frecuencia…nosotros debemos hacerlo también”. Precisamente, el preso que manifestó eso, estaba condenado por disparar a un agente: 12 veces, impactándolo con 3 proyectiles. Por el contrario, el agente que recibió esos 3 impactos, disparó sobre su agresor: 7 veces, y ningún proyectil impactó en el que ahora está preso.

El estudio reflejó que, los “malos” impactaron sobre sus objetivos, -Policías- el 70% de sus disparos, mientras que los agentes, no superaron el 40% de impactos sobre sus criminales agresores. El 90%, de los delincuentes “analizados”, dispararon a los agentes policiales antes de que estos se percataran de la amenaza, motivo por el cual, muchos de ellos respondieron al fuego una vez ya estaban heridos. Otros, no pudieron responder al fuego.

En el 70% de los casos, los delincuentes usaron técnicas de tiro puramente instintivas, -sin alineamientos de miras-. Uno de los preguntados al respecto, dijo: "no consideramos el aspecto de la precisión. Simplemente vamos a disparar en tu dirección, sin importar si te damos en la cabeza, el pecho o las piernas. Cuando dispare y te caigas al suelo, entonces decidiré si quiero ejecutarte, para entonces, sí podría considerar hacer un disparo más preciso..."

A los agentes del FBI que trataron y analizaron la información obtenida en el estudio, no les cabe duda alguna de que, los delincuentes del siglo XXI son más “ligeros” a la hora de usar las armas contra los agentes de policía. Esto último, quedó recalcado en varias ocasiones.

Muy preocupante es este dato: más del 60% de los agentes encuestados, -50 policías fueron objeto del estudio- aun teniendo razones legales y morales para usar sus armas, y disparar, no lo hicieron. Esos agentes, optaron por medidas menos lesivas, y en estos casos, menos eficaces, pues las razones para abrir fuego eran objetivas y justificadas a todas luces. Esto fue así porque, como ellos mismos admitieron, tenían miedo a las repercusiones de sus disparos, y a ese pensamiento llegaron por dejarse llevar por miedos, mitos y leyendas urbanas y sobre todo, por saberse NO preparados en el empleo del arma.

Como algunos ya saben, el Departamento de Justicia de Norteamérica, mediante el F.B.I., analiza los enfrentamientos armados en los que se producen fallecimientos policiales; seguidamente se expondrán datos relativos al estudio elaborado respecto a los 57 agentes asesinados, en acto de servicio, durante el año 2007.

La media de edad de los agentes fallecidos en 2007, en encuentros armados, fue de 37 años, alcanzado la inmensa mayoría los 10 años de antigüedad en sus respectivas organizaciones policiales. El 50% de los fallecidos recibió el ataque desde una distancia no superior a dos metros de distancia. Del total de 57 agentes fallecidos, solo 16 de ellos intentaron usar sus armas, de ellos, tan solo 11 consiguieron usarlas, sin bien, al final, fallecieron. Significar que, de los 57 asesinados, más de la mitad, 36, portaban chaleco balístico. Lamentablemente, muchos de ellos recibieron disparos en la cabeza, otros los recibieron en la zona alta del torso.

Un total de 16 agentes fueron asesinados mientras realizaban detenciones. En emboscadas fallecieron otros 16 funcionarios. Durante tareas propias de agentes de tráfico, -denunciando o identificando infractores- fueron 11 los policías abatidos. Mientras verificaban llamadas ciudadanas de alteraciones del orden, 5 agentes recibieron ataques mortales. Durante tareas de investigación policial, fueron 4 agentes los abatidos. Y en misiones de entradas y registros de viviendas objetos de delitos, 3 agentes cayeron bajo el “fuego” enemigo.


En cuanto al tipo de servicio encomendado, durante los encuentros armados mortales, 40 de los agentes estaban en funciones de radiopatrulla. 11 agentes estaban en misiones de infiltración en organizaciones delictivas. Durante actuaciones francas de servicio, 6 agentes fueron asesinados cuando, por obligación legal y moral, decidieron intervenir al detectar la comisión de acciones delictivas que requerían de la actuación de ellos.

Respecto al tipo de armas empleadas por los asaltantes, 38 agentes fueron disparados con armas cortas de fuego, 8 con armas largas rayadas y 8 con armas largas de ánima lisa. Dos, de los 57 agentes, fallecieron por el fuego de sus, arrebatas, armas cortas. Otros fueron asesinados por armas blancas, contundentes, o incluso arrollados deliberadamente por vehículos a motor.

En lo que respecta a calibres empleados, existe una gran variedad de ellos, tanto empleados en armas cortas como largas. Algún dato, relativo al calibre, en este estudio, es altamente revelador.

Seguidamente se exponen datos y posteriormente sacaremos conclusiones:

Calibre .22Long Rifle, 3 agentes asesinados
Calibre .22 Magnum, 1 agente asesinado
Calibre 6,35mm, 4 agentes asesinados
Calibre 7,65mm, 2 agentes asesinados
Calibre .357 Magnum, 1 agente asesinado
Calibre .38 Especial, 5 agentes asesinados
Calibre 9m/m Corto 2 agentes asesinados
Calibre .45 ACP, 5 agentes asesinados
Calibre 9m/m Parabellum, 10 agentes asesinados
Calibre .40 SW, 2 agentes asesinados
Calibre 7,62x51mm, 1 agente asesinado (arma larga)
Calibre 7,62x39mm, 2 agentes asesinados (arma larga)
Calibre 5,56x45mm, 2 agentes asesinados (arma larga)
Calibre .30-06, 3 agentes asesinados (arma larga)
Calibre 12, 7 agentes asesinados (arma larga de ánima lisa)
Calibre 20, 1 agente asesinado (arma larga de ánima lisa)

Merece la pena destacar que, el calibre más empleado contra los agentes, con arma corta, fue el universal 9mm Parabellum, esto no es nada extraño, pues al ser el más extendido, para pistola, es de suponer que abundan, en manos de delincuentes, muchas armas recamaradas en para este cartucho.

Si que es importante reseñar que, siendo el calibre .22LR y el calibre 6.35mm, calibres de potencia marginal, o sea, muy por debajo de lo que se pretende de un cartucho de defensa, han conseguido, esos calibres, arrebatar la vida a 7 agentes. Quizás este último extremo venga a reafirmar la teoría, que yo mismo defiendo, de que lo realmente importante, en un encuentro armado, es la colocación del impacto en zonas concretas de cuerpo del adversario. Como siempre digo: Ante un atacante que avanza hacia usted, con la intención de matarlo, con una Katana en sus manos ¿qué prefería, impactarle con un poderoso .357 Magnum en un hombro o con un “pobre” .22LR en el entrecejo?...Ustedes mismos.

Al hablar de distancias de enfrentamientos, las cosas son como en todos los países “civilizados”, a distancias muy cortas. En párrafos anteriores, hemos dicho que la mayoría de enfrentamientos se produjo a distancia no por encima de los dos metros; seguidamente, se exponen datos más concretos.

27 agentes perdieron la vida en encuentros a distancias que iban de entre 0-1,6 metros.
Otros 10 agentes acabaron sus días ante ataques producidos entre 2-3metros. Entre 3-6 metros, 6 funcionarios cayeron bajo el “fuego” de sus agresores. 5 agentes murieron a distancias de entre 6 y 15 metros. A más de 15 metros solo 4 agentes fueron abatidos, y en 3 casos no existieron datos suficientes como para suponer la distancia de ataque.

Al abrir el artículo, ya se dijo: muchos de las conclusiones que este estudio del FBI ha dejado de manifiesto, se han leído antes en trabajos de muchos Instructores comprometidos con esta especialidad policial. Sin ir muy lejos en el tiempo, hace unas semanas, en mi blog y en dos publicaciones, vio la luz un texto, algo extenso, sobre estos temas, su título: Conclusiones Extraídas del Análisis de los Enfrentamientos Armados. Os dejo enlace directo a dicho artículo:
http://tirodefensivocampodegibraltar.blogspot.com/2009_08_28_archive.html

Para acabar. Hay que decir que, en ese mismo año, en 2007, otros 83 agentes policiales norteamericanos fallecieron por accidentes en el cumplimiento del deber. De ellos, 49 perdieron la vida con sus coches oficiales de trabajo, en accidentes de tráfico; otros 6 perdieron la vida cuando circulaban en motocicletas del Cuerpo y otros 3 en accidentes aéreos. 12 fueron atropellados por vehículos, bien por estar los agentes cortando carreteras o calles, o bien al identificar, en la calzada, a los ocupantes de otro vehículo. Uno de los agentes estaba fuera de servio y ayudando a un automovilista. Otros seis, fallecieron por accidentes eléctricos o explosiones accidentales. Dos fallecieron ahogados y otro murió por lesiones producidas en tras una caída.

La edad media de los agentes fallecidos en accidentes es muy similar a la de agentes fallecidos en enfrentamientos, 37 años de edad y 9 años de antigüedad en el Cuerpo. Reseñar que de los 83 fallecidos en accidente, cuatro de los agentes fueron alcanzados por disparos producidos por armas de fuego, bien como consecuencia de accidentes o bien por fuego cruzado en enfrentamientos que ya estaban en “marcha”.

Como dice mi amigo Ender, parafraseando a otro: cuídense ahí fuera.■

jueves, 3 de junio de 2010

¿Siempre hacemos todo lo que podemos y debemos…?

No veas que marrón. Ayer, mientras veía un noticiero de TV, vi y oí la noticia de un nuevo asesinato “domestico” a la española. Lamentablemente, esa noticia no lo es ya. Todos los días almorzamos con un nuevo caso de hombre que mata a su “esclava”. El tema me preocupa: soy Policía y creo en lo que hago, por ello lo defiendo. ¡Ay de aquel que no cree en lo que hace!

Algo más me preocupó en el caso de ayer en Pruna (Sevilla). Como decía antes, que G.B.M. de 41 años cayera muerta a manos de F.M.P.R. de 35 años, su pareja sentimental, no es noticia por desgracia. G.B.M. es una más de la lista que se cerrará el día 31 de diciembre del 2010. Lo que me preocupa es si esto preocupa a muchos más. Sí, parece un juego de palabras. Pero no lo es.

A la familia de G.B.M. le preocupa, no cabe duda, a sus amigos quizás también. Pero mis dudas y cuestiones nacen de lo que, con asombro, escuché en TV: G.B.M., mientras vivía, se personó, según la familia, hasta tres veces en el Puesto de La Guardia Civil del pueblo, pero no presentó denuncia nunca. La familia de la interfecta sostiene que cuando G.B.M. se personaba en las dependencias policiales siempre decía tener miedo a denunciar, por ello, aún manifestándolo ante los funcionarios, no presentaba la denuncia por escrito. ¿Es lícito tener miedo? Creo que sí. Es más, afirmo que lo es.

Pero, ¿Tienen obligación los ciudadanos de presentar denuncia aún cuando tenga miedo de presentarla? ¿El maltrato doméstico y/o en el ámbito familiar es un delito público o privado? ¿Se pone en conocimiento de la autoridad judicial toda incidencia de esta índole? ¿Pueden o deben los agentes de la autoridad, de oficio, sean del cuerpo que sean, dar conocimiento a su señoría de tales hechos públicos? Amigos, un muerto no denuncia, pero si el muerto lo es por acciones violentas, incluso imprudentes, se procede a detener al que mató, ¿o no? O al menos se intenta, ¿verdad?

Demasiadas veces, demasiados ciudadanos son ignorados. También, demasiadas veces, demasiados policías son ignorados, por los suyos, cuando, de oficio, intentan dar cuenta a la autoridad judicial de hechos de la misma naturaleza que acabó con G.B.M. Si más gente quisiera lo que hace y no hiciera lo que quiere, otro gallo cantaría en muchos campos.

Descanse en Paz la víctima número 28 ó 29. Da igual el número, al rato de fallecer G.B.M. de 35 años en Pruna, F.B., de 47 años, en Salt, se unió a ella.

Don Gonzalo