POLICÍA LOCAL DE TARIFA (Página no oficial)

martes, 29 de junio de 2010

Condiciones de Porte del Arma para el Servicio

Ernesto Pérez Vera
Instructor de Tiro Policial y Defensivo


La operatividad de nuestras armas está relacionada, directamente, con la forma o condición de su porte. Existen varias formas de portar el arma durante el servicio y, solo, el agente portador, deberá decidir de que modo debe llevarla. Para ello, el agente debe ser consciente, honesto y responsable consigo mismo y con los que le rodean y no portar el arma de modo que, él mismo o sus semejantes más cercanos, puedan provocar o sufrir un accidente por falta de pericia, habilidad o seguridad en el manejo del arma.

No obstante, existen situaciones en las que son las normas establecidas, las que nos obligan o determinan, la forma de portar el arma, y no será el portador quien pueda elegir. Por ejemplo, durante la estancia en galerías de tiro, academias, o determinados servicios policiales, suelen existir normas que establecen una, concreta, forma de portar el arma.

Existen, en España, cuerpos policiales que, mediante normas internas, prohíben el uso y porte arma en determinada condición de porte. Seguidamente, analizaremos cuatro formas o condiciones de porte de arma corta durante el servicio:

Condición Uno: El uso de esta condición de porte, es solo recomendable en pistolas de S.A. Hasta la aparición de las pistolas con mecanismos de Doble Acción, y la inundación del mercado con armas dotadas de este sistema de disparo, en EEUU, la Condición UNO era la forma más usada por los agentes policiales, pues la inmensa mayoría poseían pistolas con mecanismos de solo Simple Acción.

Consiste, la Condición UNO, en portar el cargador lleno de munición, un cartucho en recámara, martillo montado (posición más retrasada y preparado para disparar) y seguro manual activado. De este modo, el agente, tras extraer el arma de su funda, solo tendrá que desactivar el seguro y abrir fuego en Simple Acción. Como antes ya se dijo, este sistema sería válido solo en armas de Simple Acción, si bien, en las armas de Acción Mixta se podría usar también, sin que yo lo recomiende. También, es posible usar el revólver en esta condición de porte, pero, lógicamente sin seguro manual; también lo desaconsejo, tanto si el revólver es de S.A. como si es de acción Mixta.

Condición Dos: Es la condición ideal para portar armas de Doble Acción, yo la recomiendo, -siempre que el portador esté debidamente adiestrado y mentalizado- De hecho, yo, siempre he portado mis armas de ese modo. Es, sin duda alguna, la forma más rápida, de hacer “fuego” y la más segura de portar un arma. Los portadores de revólveres siempre han “ido así” y nadie se ha rasgado las vestiduras… ¿Por qué ahora, la gente, con la pistola se llevan las manos a la cabeza?

Consiste, la Condición DOS, en llevar el cargador lleno de munición, un cartucho en la recámara y martillo en posición de reposo, llevando el seguro manual activado o no, eso es algo que no modifica esta condición de porte. Yo personalmente NO lo llevo activado y recomiendo, como normal general, no activarlo.



El sistema de disparo, de las armas que manejamos, debe comprenderse y conocerse muy bien. No es igual llevar, por ejemplo, una Sig Sauer P-2002 o una HK-USP, con cartucho en recámara, que una FN-P9-DAO, o una CZ-100 (ambas son DAO -Double Acción Only- o sea, Solo Doble Acción) Las primeras reseñadas, son armas de Acción Mixta, o sea S.A./D.A., al menos, como norma general, pues como casi todas las armas modernas, pueden ser “reconvertibles” a diversas formas de disparo. Así pues, llevando alimentada la recámara y disparando en D.A., tras ese primer disparo, el resto, se producirán en S.A.

En el caso de las armas referidas en segundo lugar, tras efectuar el primer disparo, tanto ese, como el resto, se tendrán que efectuar, forzosamente, en Doble Acción. Esto, como es lógico, supone presionar el disparador con más presión que en S.A. y con mayor recorrido. Con armas como las Glock, pasa algo parecido, en ambos casos la presión es idéntica en cada disparo, si bien, en Glock, está muy conseguido el recorrido y presión, constante, del disparador. En este caso, no será un martillo el que se libere y golpeé sobre la aguja percusora.

Todavía, son muchos los agentes, usuarios de armas de D.A., que portan siempre la recámara vacía, y para entrenar, tras introducir el cartucho en recámara, efectúan sus disparos siempre en Simple Acción. Muchos de esos agentes, el día que surge una situación de riesgo, y siempre que les de tiempo a reaccionar (cuando un policía acude a una llamada de un atraco, u otra situación hostil): alimentan la recámara y dejan el arma en doble acción, ¡por lo que se pueda presentar¡ Precisamente, el día que parece que pueden tener que hacer uso del arma, acuden a la condición dos, justo la que jamás han entrenado.

Lo anterior, lo único que puede provocar es que, el agente en el momento del enfrentamiento, NO recuerde que tiene el arma lista para hacer fuego, perdiendo tiempo en montar nuevamente el arma, consumiendo, por tanto, tiempo de respuesta y reacción; arriesgando, aún más, ante su agresor. Otra circunstancia que se puede dar, y de hecho, ocurre con frecuencia, es que, el agente olvida extraer el cartucho de la recámara al acabar el servicio y ¡como jamás porta así su arma!…provoque un accidente que acabe con lesiones graves o con la vida de un compañero o ciudadano. Créanme, esa es la causa casi principal de muchos accidentes mortales con armas de fuego en nuestro país.

Son demasiados los instructores de tiro policial que no enseñan técnicas de tiro en Doble Acción. Esto ocurre porque ellos mismos no dominan la técnica y en el peor de los casos…ni las conocen. Son esos mismos instructores los que han llenado las cabezas de sus compañeros de mitos y leyendas urbanas contrarias al uso de la Doble Acción y al cartucho en recámara.

Un ejemplo muy claro para hacer comprender la eficacia y necesidad de la Doble Acción, es el que usó Don Javier Pecci en su obra: MANUAL DE TIRO TÁCTICO POLICIAL Y DE DEFENSA. El ejemplo es el siguiente, veamos: cuando ustedes conducen un coche con aire acondicionado ¿Usan el aire acondicionado a poco que tengan un poco de calor o por el contrario, esperan a que la temperatura llegue a los 40º C (o sea, el extremo)? De esperar a que lleguen los 40º C, sería tardío e ineficaz usar el aire acondicionado ¿verdad? Para entonces, ya estarán empapados en sudor, manchadas sus ropas, etc.

Pues con la Doble Acción pasa lo mismo. Si recurren a ella tarde, en el último momento, no serán tan eficaces como si desde el primer minuto de servicio, ya van en esa condición de porte del arma. Naturalmente, y siempre hago hincapié, deben instruirse en el empleo del arma en esa condición de porte y disparo.

Deben saber que, cuando montan el arma en una actuación, pasan varias cosas en su entorno, en su mente y en su cuerpo. Lo primero es que, cuando monta el arma ante una posible amenaza, usted estará muy nervioso, seguramente extremadamente nervioso, de lo contrario la situación no es extrema y montar el arma no sería necesario. Espero que nadie monte el arma cada vez un ciudadano le de un grito o lo insulta. Así pues, entiendo que si se monta el arma es porque algún peligro está acechando, y además, se intuye un ataque inminente. También, como norma general, existirán ciudadanos inocentes en las inmediaciones y en el entorno de la acción.

En tal estado de nervios, -lógicos y naturales cuando una persona se siente en grave riesgo- usted estará manipulando el arma y rodeado de ciudadanos ¡no es eso más peligroso que llevar el arma lista para hacer fuego y no tener que hacer manipulaciones bajo ese estrés…! En esos casos, con ese nivel de estrés, son muchos los disparos NO deseados que se producen. No es tan fácil que se “escapen” disparos en D.A., toda vez que, el disparador tendrá un recorrido más largo y requerirá de, como norma general, el doble de presión para “sacar” el disparo. De verdad, no es fácil que se nos escape un disparo en D.A.

Algunos detractores del uso del cartucho en recámara en armas de D.A., repiten, continuamente, a aquello de: “…si te desarman…te darán un tiro con tu arma…”, eso, hasta cierto punto, tiene sentido, pues si el arma está lista para abrir fuego, y un delincuente consigue desarmar al agente, podría disparar de modo rápido contra él. ¡Pero digo yo! ¿Cuántos casos conocen como el del supuesto expuesto? y al que, por cierto, muchos recurren por miedo a sí mismos. Sean honesto, muy pocos ¿verdad? seguramente, no conocen ningún caso. Yo conozco uno o dos casos en España, y además, el arma no iba alimentada, sino que el “malo”, tras hacerse con ella, la montó.
Ahora, vamos al caso contrario, y sean igual de honestos ¿A cuantos agentes conocen que, por ir con cartucho en recámara, han salvado la vida o han tenido capacidad de respuesta ante una agresión letal? Yo conozco muchos casos, infinitos, yo mismo pasé por ello, y seguramente, por eso estoy ahora ante vosotros. De este segundo supuesto, seguro que conocen muchos casos, si no en el entorno cercano, si por medio de compañeros o de la prensa, ¿verdad?

Condición Tres: (solo para pistolas) Es la más usada en España por agentes de las FYCS (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad), miembros de las FAS (Fuerzas Armadas) y personal de Seguridad Privada (escoltas). También, es muy usada por los ciudadanos particulares que poseen la Licencia B -licencia que autoriza el porte de armas cortas para seguridad personal-

Esta opción, consiste en portar el cargador lleno, recámara vacía y martillo en reposo o activado, y de igual modo, el seguro manual en caso de existir, que podría ir activado o no. En estos casos, el tirador una vez efectuado el desenfunde, debe montar el arma tirando de la corredera hacia atrás y liberarla -dejarla avanzar para alcanzar la obturación- Una vez alcanzado este punto, el arma estaría lista para hacer fuego. En caso de que el seguro manual estuviera activado, -no lo aconsejo- habría que desactivarlo, esto se podría hacer antes o después de montar el arma -una maniobra más-

Tras todo lo anterior, el arma estará dispuesta para hacer fuego. Pero, dependiendo de si el arma es de: Solo Doble Acción (DAO), de Solo Simple Acción (SA), de Acción Mixta (DA), u otros sistemas, se podría producir el disparo en una u otra modalidad. Por ejemplo, y usando armas muy comunes: si se porta el arma en Condición 3, y el arma es una HK-USP-C, el arma quedará, tras montarla, en Simple Acción. Igualmente ocurrirá si el agente porta la, todavía en reglamentaria en la Guardia Civil, Star BM de Simple Acción: el arma, también, quedará presta para el disparo en S.A.

Por el contrario, si el arma en cuestión es una de sistema DAO (Solo Doble Acción), como por ejemplo, la Cz100, usada en varios cuerpos de P.L. de Andalucía, el arma, tras serle introducido el primer cartucho en recámara, estará lista para el fuego en Doble Acción. En este caso, no solo será el primer disparo en D.A., sino que todos lo serán. Si estuviéramos de una pistola Glock, la situación sería muy similar a la descrita antes con la DAO, pero sin ser mecánicamente iguales sus sistemas de disparo. En ambos casos, la presión, tensión o “peso” y recorrido del disparador, sería idéntica en cada disparo, una acción continua.

Lo negativo, de esta modalidad, es que ralentiza la posibilidad de hacer fuego de modo inmediato una vez desenfundada el arma. Algunos creen que siempre tendrán tiempo de montar, y confían en sus habilidades en el campo de tiro, incluso se recrean diciendo que: montan el arma de modo súbito con una mano. Los que dicen o creen esos extremos, aún no saben que la galería de tiro es muy diferente a la verdad de la calle. La calle es donde nuestra vida estará en peligro y no siempre sabremos o podremos hacer aquello que, en la galería de tiro, hacemos de modo magistral.

Otros, a favor de esta condición, defienden la posibilidad de que en caso de serles arrebatada el arma, el arrebatador no podrá abrir fuego de modo inmediato. Esto, es algo cierto si el agresor es una persona poco o nada adiestrada. Debemos ser conscientes de que, cada día son más numerosos los delincuentes adiestrados en el manejo de armas, y que además las usan sin pensarlo y sin remordimientos -se conocen casos en España- Pero algunos parece que no conocen las estadísticas, y es que: solo a un agente de cada muchos miles, que se enfrentan a un agresor, es desarmado y encañado por su propio arma.

¿Cuántos casos conocen de agentes que hayan sido desarmados y encañonados por su propia arma? ¿Y cuantos casos conocen de agentes que salvaron su vida por llevar el arma lista para hacer fuego desde Doble Acción? Sean honestos, ganan las respuestas a la segunda pregunta, además, de modo arrollador, ¿Verdad? ¿Les suena el párrafo? Claro que les suena, me repito apropósito.

Algunos defienden la teoría de que, al montar el arma, en este caso, la pistola, el característico ruido de la corredera al obturarse, puede asustar al delincuente agresor. Bueno, esto puede ser cierto en casos concretos, -casos de personas agresivas pero que no están siendo un peligro inminente, sino potencial- pero no precisamente va a funcionar ante el delincuente que ya ha decidido atacar y que de hecho, ya está atacando.

En cualquier caso, si portamos el arma con recámara alimentada, -condición Dos- y la situación puede “salvarse” con esa maniobra onomatopéyica -característico ruido- pues nada, se monta el arma, se hace el “ruidito”, y se pierde un cartucho, si eso funciona…genial, nunca es agradable disparar a una persona. Que NO funciona el “ruidito”, pues: fuego.

Condición Cuatro: Es la forma de portar el arma cuando se está en periodos académicos, dentro de los centros de formación y enseñanza. También se usa, esta forma de portar el arma, para deambular en las galerías de tiro o para prestar ciertos servicios policiales, como por ejemplo: la custodia de detenidos en calabozos. Esta condición es una opción válida tanto para pistola como para revólver.

Consiste en portar el cargador lleno PERO EN LA FUNDA O EN UN BOLSILLO, recámara vacía y arma en la funda. Es el modo más lento para poder abrir fuego. Así pues, el agente deberá extraer, a la par, el arma y el cargador, introducir el cargador en el arma, tirar de la corredera hacia atrás y dejarla ir libre hacia delante para introducir el primer cartucho, del cargador, en la recámara. Tras eso…se podrá hacer fuego. Si se lleva activado el seguro manual…se tendrá que consumir un instante más en desactivarlos… ¿tendremos siempre tiempo de tantas cosas…?

Existen tantas maneras de denominar a las condiciones de porte del arma, como autores. En este artículo he usado las mismas acepciones o denominaciones que usa la Asociación Española de Instructores de Tiro Policial, a la cual pertenezco.■

PUBLICADO EN ARMAS.ES DEL MES DE OCTUBRE DE 2009

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