POLICÍA LOCAL DE TARIFA (Página no oficial)

sábado, 2 de julio de 2011

Balística Casera (IIª parte): Lunas vs Impactos

Por: Ernesto Pérez Vera

Continuando con mis experimentos de balística casera, hoy le ha tocado el turno a la prueba de tiro contra la luna delantera (parabrisas) de un vehículo turismo. Sin mucho esfuerzo pude hacerme con la luna de un BMW, y para mi sorpresa estaba impecable. Solo presentaba dos leves “picotazos” de esos que a veces son producidos, accidentalmente, por pequeños trozos de piedras durante la conducción en cierto tipo de vías. El propietario la acababa de reponer por otro nuevo, y por suerte llegué a tiempo. Las especificaciones del cristal son: PILKINGTON 43R001047 AS 1 M 83-3 DOT 25, con sello de la firma BMW. El cristal laminado, como son todos los empleados en los parabrisas de coche, está diseñado para prevenir que los fragmentos dañen a los ocupantes del vehículo. El cristal laminado está construido con dos piezas de cristal separadas por una capa de plástico.

La prueba no iba encaminada a comprobar qué tipos de puntas eran capaces de atravesar el cristal, pues todos los disparos fueron efectuados con munición de 9 m/m Parabellum/Luger a una distancia de 3 metros, por tanto, todos los proyectiles tendrían capacidad para “cruzar” el objetivo. Mi idea era otra.

Tras la luna se colocaron garrafas plásticas rellenas de agua, y de 25 litros de capacidad cada una. Los contenedores de 25 litros fueron dispuestos en posición horizontal para ser impactados de “boca a base” o viceversa. En esta disposición se puede tirar sobre un cuerpo –la propia garrafa de forma rectangular- que tiene la anchura aproximada de un hombre medio –distancia entre hombros-. La idea es que, suponiendo que el objetivo fuera un ser humano, la máxima distancia a recorrer por el proyectil, en el torso, fuese la de un disparo que entrara lateralmente durante un enfrentamiento. Cada garrafa tenía una longitud, una vez colocada horizontalmente, de 44 centímetros. Sin duda alguna, todos los proyectiles empelados en el test iban a penetrar el cristal y después impactarían, como poco, en la primera garrafa, ¿pero cuántos conservarían energía bastante como para atravesar los 44 centímetros, e impactar en otro “cuerpo”?

Como ya se dijo en la primera parte de este trabajo casero balístico: “el cuerpo humano, al nacer, es agua en un 75% aproximadamente (60% en la edad adulta), y como la Gelatina Balística tiene un coste económico muy elevado para un particular, y requiere de mucha labor en su preparación, en estos trabajos empleé, sencilla y llanamente, agua. Lógicamente, hay que salvar muchas diferencias. En el cuerpo humano no existe agua estancada como en las garrafas. Las células humanas son las principales portadoras, y conservadoras, de ese agua (agua intracelular). El resto del agua es la extracelular, pues baña a todos los tejidos y circula por la sangre.”

La terna de la tarde se compuso de la siguiente munición: Geco Action 84grs, Remington Golden Saber 147grs, Remington Desintegrator Jacketed 100grs, FMJ Santa Bárbara 124grs, Remington Semi-blindado (Flat Nose) 124grs, Frangible Fiocchi 82grs, Fiocchi EMB 92grs, Fiocchi ZP 100grs, Fiocchi Black Mamba 100grs, Hirtenberger plomo desnudo, Fiocchi Plomo grafiteado Gas-Check 123grs y RUAG SeCa 99grs. El elenco entró en escena de la mano de una pistola Glock-26.

La dureza que presenta la luna de un coche hace que cualquier proyectil, incluso aquellos de los que más se puede esperar, pierda gran parte de su energía al impactarlo. De tratarse de una situación real: yo desearía que mi “bala” pudiera atravesar la luna, pero tras ello necesitaría que conservara suficiente energía como para penetrar, con eficacia lesiva, un cuerpo humano. Pero solo un cuerpo. De poseer exceso de capacidad perforante, por no haberse deformado y transferido energía bastante en el cristal, podría atravesar más de un cuerpo humano dentro del vehículo (típico de los sobrepenetradores proyectiles blindados/FMJ, y otros convencionales).

Como Policía que soy, mi idea era averiguar que tipo de proyectiles, de todos los evaluados, se detendrían en la primera garrafa (teóricamente un torso humano) sin alcanzar a otro contenedor (otro ser humano, ocupante del vehículo, al que se provocarían heridas: víctima colateral).

El resultado de la prueba, una vez más llevada acabo sin medios técnicos científicos, me ha servido para sacar conclusiones muy personales. El blindado ha hecho de las suyas. Comprobé lo que esperaba. El proyectil encamisado atravesó la primera y la segunda garrafa, pero se detuvo al golpear en la tercera (“dos cuerpos atravesados con una misma bala”). La punta semi-blindada no llegó a salir de la primera garrafa, pero la fracturó con su impacto de intento de salida. El proyectil semiblindado, con cierta deformación, fue hallado dentro de la primera garrafa. En éste caso se “comportó”, pero no suele hacerlo siempre así. La técnica científica adecuada, para éste y otros trabajos, hubiera supuesto hacer 10 disparos con cada uno de los tipos de proyectiles empleados, y del resultado obtenido se hubiera extraído una media. La cosa no se hizo así, de ahí el título del trabajo (Casero).

Un proyectil Golden Saber también salió del bidón directamente impactado, pero como el semi-blindado no penetró en el otro contendor, aunque éste fue golpeado. El Golden Saber no fue encontrado en garrafa alguna, sino en el suelo, (podría haber producido una lesión leve en el cuerpo de un tercero, y solo grave en las cuencas oculares de una víctima colateral)

Los proyectiles italianos EMB y Black Mamba, se comportaron como si fueran puntas blindadas: llegaron, tras penetrar en la luna del coche, hasta la segunda garrafa, siendo allí halladas las dos puntas. La EMB no presentaba deformación importante, es más, hasta la FMJ presentó más desperfectos en su propio cuerpo. Sin embargo, la Black Mamba se descompuso en núcleo y camisa, quedando la envuelta incrustada en la segunda garrafa, y el núcleo, totalmente deformado, en su interior.

Por su parte, la ZP (otra italiana) –a la que erróneamente se le atribuyen propiedades frangibles- entró hasta la primera garrafa y consiguió abollarla en un intento fallido de salida. La punta fue localizada casi sin deformación alguna. Buen comportamiento tuvo la punta Desintegrator de Remington: penetró solo la primera garrafa, siendo encontrada la envuelta metálica, totalmente abierta, dentro de la garrafa. Parte de la sustancia pulverulenta que conforma el núcleo de ésta punta, fue encontrada dentro de la envuelta, siendo localizado el resto del “polvo” en el fondo de la garrafa y disuelta en el agua. El proyectil suizo SeCa penetró solo en la primera garrafa, pero no presentó casi ninguna deformación. Como sostiene su fabricante, y yo mismo he comprobado: ante cuerpos blandos (cuerpo humano) se expande y trasmite toda la energía que conserva en el instante del impacto, pero ante cuerpos duros se “entaca” y se comporta cual blindado.

Al igual que el ZP y el Desintegrator, el resto de proyectiles penetraron solo en la primera garrafa. No me sorprendió el resultado de la punta Frangible de Fiocchi: tras cruzar el duro cristal, penetró, con capacidad lesiva, en la garrafa. El proyectil fue recuperado en el interior de la garrafa, habiendo perdido, aproximadamente, un 50% de su masa. La parte delantera de la bala se desintegró en el impacto y cruce de la luna laminada. Esto confirma lo que ya sabemos, y es que los frangibles solo cumplen su misión desintegradora ante cuerpos muy, muy duros. Ante cuerpos blandos, o “medianos”, se comportan como una bala convencional. Dicho esto, no subestimemos la duraza de la luna, pues consiguió deformar, más de lo esperado, incluso al proyectil blindado.

Las puntas Golden Saber y Action se deformaron muy bien incluso atravesando el cristal. Pero como vimos antes, el Golden tocó a un bidón “colateral”. Por contra, el Action fue, para mí, el vencedor de la prueba: solo penetró un cuerpo, y además transfirió suficiente energía al agua del contenedor, pues quedó casi completamente expandido, sin perder masa. Y todo eso después de romper y cruzar la luna. Las puntas expansivas, sean o no sean del tipo hueco, están diseñadas y construidas para que se deformen homogéneamente al impactar en cuerpos blandos (cuerpos carnosos/acuosos como el humano). La deformación del proyectil hace aumentar su sección, y con ello se consigue transmitir más energía al cuerpo impactado. Esto también reduce, y mucho, el riesgo de sobrepenetración. Pero todo ello, a la par, aumenta el canal o conducto de la herida que afecta a los órganos corporales alcanzados en un cuerpo.

Buen comportamiento mostraron los dos proyectiles de plomo que se usaron la prueba. Me sorprendieron. Ambos actuaron del mismo modo. Uno era grafiteado (punta color negro con grafito para lubricar el cañón y reducir el emplome del mismo) y además con Gas-Check (chapa metálica en la base del proyectil de plomo, con la idea de que los gases y la pólvora no entren en contacto con el plomo). La otra punta era de plomo desnudo, y ambas, tras penetrar la luna, quedaron alojadas en el primer bidón. Las dos puntas fueron recuperadas con una buena deformación. Naturalmente, no podremos saber hasta que punto penetraron con energía en la garrafa. Lo ideal hubiera sido que hubieran alcanzado con energía, aproximadamente, los primeros 25 centímetros de recorrido dentro de la garrafa. Esa distancia, en un cuerpo humano, permitiría alcanzar órganos vitales en la caja torácica, y también por debajo de ella.

En cualquier caso, todos los proyectiles, tras el impacto, provocaron la eyección de trozos de cristal. Esos trozos, tanto por su tamaño como por la fuerza de la propia eyección, podrían producir lesiones oculares al propio tirador (caso de estar excesivamente cerca del vehículo sin protección ocular). También se produjeron proyecciones de cristal hacia el interior del vehículo, lo cual, también, podría producir lesiones oculares a los ocupantes del vehículos, tanto a los más cercanos al punto de impacto como a los que estén algo más distanciados. De realizarse prácticas de este tipo, es conveniente usar gafas de protección adecuadas (en realidad se deben usar en todos los entrenamientos con armas).




La lógica y la sensatez nos indican que NO es aconsejable el uso de proyectiles que proporcionan riesgos extras, al menos no es lo ideal para misiones de seguridad y defensa. En el caso de los blindados/FMJ, tenemos que saber que son los proyectiles que más ampliamente se emplean en España, y eso que es sabido, o debiera ser así, que son los que más perforan (atraviesa más de un cuerpo). También son los que más favorecen el rebote.

El borrador del nuevo Reglamento de Armas, que será aprobado mediante RD si nadie lo remedia, va a prohibir a particulares, para las armas cortas, el uso de proyectiles expansivos. En el vigente Reglamento –con fecha de caducidad- se prohíbe, para particulares y en armas cortas, el uso de las Puntas Huecas, pero los proyectiles del tipo SeCa y Action pasaban el “filtro”, pues no presentan oquedad alguna; por tanto no son Puntas Huecas desde ningún punto de vista, tampoco desde el administrativo. En breve, cuando el borrador se convierta en la realidad de un Reglamento en vigor, todo proyectil que esté diseñado para deformase, aún no siendo Punta Hueca, (caso de SeCa y Actión, por ejemplo) quedará prohibido para los particulares. Un error no perdonable.

Puede que un tirador que ampara sus armas cortas en la Licencia “F” (tiro deportivo) no precise de proyectiles expansivos, de acuerdo, lo admito, pero estos no son los únicos particulares que usan armas cortas. Los ciudadanos con Licencia “B” también las usan, y además las portan por las calles. Estos ciudadanos con Licencia tipo “B” son todos esos particulares, sean jueces, fiscales, funcionarios de prisiones, detectives privados o joyeros, que están legitimados para portar, las 24 horas del día, su arma bajo la ropa. Pero el hecho de poseer esa “codiciada” licencia no les rebaja de seguir siendo particulares.

Para el Reglamento de Armas solo existe otra “especie” reconocida, y es la de los funcionarios armados (FAS, FYCS y SVA). Por tanto, los ciudadanos que pueden portar sus armas defensivas, no podrán emplear más que municiones convencionales (con el que será nuevo Reglamento, principalmente blindadas), precisamente las menos aptas para defensa. Un gran contrasentido.

¡Bueno¡ hay más. El innombrable borrador prohíbe todo proyectil expansivo, por ello puede que el legislador considere al semi-blindado un proyectil de ese tipo. Si eso es así, ni tan siquiera los Vigilantes de Seguridad y Escoltas Privados podrán emplear las municiones semi-blindadas, pero sí las de plomo y las blindadas. ¡Patético!. Pero digo yo, ¿es que las puntas de plomo no son más expansivas y deformables que las FMJ, por ejemplo…? Pues sí, lo son. En cuerpos duros, las puntas de plomo se deforman y expanden mucho más que las semi y las blindadas.

¡Ufff! Al final veremos a ver: solo se van a poder usar las blindadas. Eso sería tremendo, otra vez aumentaría el empleo de la munición que más sobrepenetra y que más rebota.

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