POLICÍA LOCAL DE TARIFA (Página no oficial)

lunes, 27 de septiembre de 2010

ROYAL GIBRALTAR POLICE (2ª parte)

Por: Ernesto Pérez Vera

Relaciones internacionales y con otras fuerzas locales:
La Royal Gibraltar Police, como era de suponer, mantiene relaciones de cordialidad con la otra fuerza policial de la ciudad, la Gibraltar Defence Police –amplio artículo sobre este cuerpo en los números 83 y 84 de War Heat de 2009-. Ambos cuerpos de seguridad están armados y conviven en un mismo espacio, si bien, en pocas ocasiones comparten competencias de seguridad. Los protagonistas de este trabajo ejercen las funciones típicas y propias de un cuerpo de policía de seguridad ciudadana y orden público, siendo la competencia del Gibraltar Defence Police otra muy distinta: protección de bienes, instalaciones y personal del Ministerio de Defensa; no en vano, la G.D.P. depende de ese ministerio.

Durante el año 1995, ambos cuerpos e incluso el Servicio de Vigilancia Aduanero de La Roca, el H.M. Customs, unificaron medios humanos y materiales para combatir a los contrabandistas, principalmente de tabaco. En la década de los 90, del siglo XX, en las aguas de la bahía de Gibraltar, tanto en zona británica como española, se producían hechos delincuenciales algo descontrolados. En zona española, la Guardia Civil combatía ferozmente a los contrabandistas –tanto gibraltareños como españoles- que alijaban ingentes cantidades de tabaco, a todas las horas del día, en las playas españolas.

Hasta esa fecha, en Gibraltar se podían poseer, sin control policial o gubernamental, embarcaciones rápidas de recreo. Estás lanchas rápidas eran usadas para introducir tabaco y drogas en España. La situación, a ambos lados de la frontera, se hizo insostenible. Se produjeron graves y funestos incidentes y accidentes. Por todo ello, con un criterio muy acertado, las autoridades gibraltareñas prohibieron el uso y atraque de este tipo de embarcaciones dentro del límite de su jurisdicción. Esta medida fue aplaudida y agradecida por las autoridades políticas y policiales de España, también por la ciudadanía española de la Comarca del Campo de Gibraltar. La entrada en vigor de esa medida desembocó, en el Peñón, en una serie de actos violentos contra las fuerzas del orden, llegando a producirse disturbios muy serios. Estos actos de desórdenes públicos dieron pie a que las fuerzas policiales, antes referidas, se unieran y lucharan “codo con codo” contra esos violentísimos episodios. (en la imagen: guías caninos de la policía de aduanas, especialistas en drogas)

Con el H.M. Customs se sigue manteniendo contacto profesional frecuente. La R.G.P. carece, en la actualidad, de unidad canina, por ello, con frecuencia, para la búsqueda y localización de drogas, en los registro policiales, se hace uso de la unidad canina que posee el Customs, que por cierto, está muy entrenada y es altamente eficaz.

Aunque pueda parecer otra cosa, el nivel de contacto, y relación directa, entre agentes de este cuerpo y los españoles, en especial con los de la Benemérita, es muy alto y eficaz. Las cuestiones políticas, cuando realmente se trata de profesionalidad, quedan siempre aparcadas; esas son cuestiones que no entran a valorar los que están pateando las calles o navegando en el mar.
Es muy de reseñar que, pese al escaso número de efectivos que compone a este cuerpo, la Royal Gibraltar Police participa en misiones en el extranjero. Sin ir muy lejos en el tiempo, la realización de este artículo y de las visitas giradas a las dependencias y a la Plana Mayor de la R.G.P., han coincidido con el retorno, a Gibraltar, de un grupo de agentes de este cuerpo de seguridad que ha permanecido, en misión de formación, en Gambia durante varias semanas. Agentes de la R.G.P. y militares del Regimiento de Infantería de Gibraltar, bajo el amparo de la O.N.U., han formado, en diversas áreas, a la Policía de aquel país africano. El hecho de enviar a soldados, junto a los policías, es porque la policía de aquel país es de naturaleza militar. (en la imagen: bobbys y agentes españoles, de otras épocas, en perfecta camaradería. Esto sigue siendo así a día de hoy, pese a los que políticos y prensa digan...)

Organización y composición de la R.G.P.:
Del organigrama del cuerpo, básicamente, se desprende que: cada uno de los dos Superintendentes dirige y supervisa las dos grandes áreas de trabajo policial, la operativa y la administrativa. El Superintendente de Operaciones posee el control de las unidades siguientes: Crime Unit, Force Intelligence, High Visibility Policing Unit y Operations.

La Crime Unit y la Force Intelligence, son lo que en España llamamos la Policía Judicial, y están dirigidas, cada una de ellas, por un Inspector Jefe. Así pues, de la Crime Unit dependen el equipo de Investigación Criminal (delitos violentos de todo tipo), que posee un Inspector, 2 Sargentos y 6 Oficiales. La Sección Antidroga y Antiestupefacientes, tiene un Inspector, 1 Sargento y 4 Oficiales. La unidad de Investigación de Delitos Financieros, también tiene al mando a un Inspector, el cual dirige a 3 Oficiales. Y por último encontramos la Unidad de Investigación en la Escena del Crimen, lo que sería nuestra policía científica. Este equipo tiene un total de 4 Oficiales o Agentes. Todos los funcionarios adscritos a estas unidades reciben la denominación de Detectives. La Force Intelligence posee tres secciones internas: la Unidad de Organización Criminal, la Unidad de Inmigración y la Unidad de Información e Inteligencia. Como ya vimos en la Crime Unit, los funcionarios de esta unidad también son denominados Detectives.

La High Visibility Policing Unit y la Operations son las unidades que poseen el mayor número de efectivos humanos “visibles”, pues en ellas se encuadran, en diversas sub-unidades, los agentes policiales uniformados que se ven por las calles de la ciudad. Ambas unidades están gobernadas por sendos Inspectores Jefes. También, en este grupo, podemos incluir a los agentes que trabajan no solo en la calle, sino en dependencias policiales: calabozos y seguridad de las instalaciones de la Comisaría, por ejemplo. La Sección Marítima y la de la Alta Visibilidad de la Royal Gibraltar Police están, también, integradas en estos dos grandes grupos, concretamente en Operations. La Unidad de Tráfico, muy importante en esta población, se enmarca dentro de la High Visibility Policing Unit y todos los días entran de servicio, repartidos en los tres turnos, 8 agentes motorizados.

Para cubrir eventos de envergadura, donde la concentración humana es abundante, se emplea a la Unidad de Alta Visibilidad. Esta unidad, a groso modo, podemos decir que equivale a los equipos uniformados que poseen los cuerpos policiales españoles para que centren su trabajo en lugares donde se reúnen jóvenes para divertirse los fines de semana y donde hacen “botellón”. Un poco, y salvando diferencias, esta unidad es lo que en el C.N.P se denomina U.P.R. o G.O.R. y en la Guardia Civil USECIC. Por cierto, este tipo de equipos policiales cada día están más activados en los Cuerpos de Policía Local.

Dentro del otro gran grupo, el de tareas administrativas, se enmarcan unidades o tareas tales como: asuntos internos, formación (Academia de Policía), Licencias de Armas (lo que en España llamamos Intervención de Armas y que es competencia exclusiva de la Guardia Civil), departamento de prensa, administración, mantenimiento y otras tantas más. Repartidas en diversas unidades, estas áreas administrativas y burocráticas de apoyo al mando del Cuerpo, son dirigidas por Inspectores Jefes. El horario de trabajo de estas unidades de apoyo o soporte administrativo es distinto al de los demás agentes. En estas labores se trabaja de lunes a viernes en horario de 08,30 horas a 17 horas. Durante la realización de las entrevistas oportunas para realizar este trabajo, se estaba llevando acabo un tribunal interno promovido por la sección de asuntos internos. Sin que entraran en detalles, por discreción profesional, fui informado de que los pocos asuntos llevados a término por este departamento, son siempre por pequeñas faltas disciplinarias. (en la imagen: agentes de la RGP realizando prácticas antidisturbios)

En las dependencias policiales, tanto de New Mole House como en las primitivas dependencias que aún se emplean en el centro del casco urbano, trabajan un buen número de funcionarios "civiles" que no son agentes de la R.G.P. Estos funcionarios "descargan" una gran cantidad de trabajo que, por lógica, redunda en una mayor eficacia policial al disponerse de más efectivos operativos o administrativos. El trabajo que efectúan estos funcionarios “civiles” es de índole administrativa. Muchos de los trabajos que esos funcionarios desempeñan, en España son directamente realizados por funcionarios policiales. Quiero aprovechar la ocasión para mencionar a la funcionaria Dª María Luisa Torres, la cual, ha sido de gran ayuda al poder contar con ella como parte del “enlace” con la Royal Gibraltar Police. Muchas gracias María Luisa.

Respecto a la competencia de la R.G.P. en materia de expedición de Licencias de Armas y control de armas de fuego, destacaré los datos siguientes: actualmente, en La Roca, existen 322 Licencias de Armas, existiendo un total de 358 armas cortas guiadas y 644 armas largas, estando, todas esas armas, relacionadas con las diferentes asociaciones deportivas existentes en Gibraltar. Las armas de aire comprimido y de “Paint Ball” están, también, sujetas a control policial.

Sobre la disciplina en la R.G.P. me gustaría decir algo. Pese a que es un cuerpo civil y armado, –aunque solo sea puntualmente- existe una disciplina algo férrea en el seno del Cuerpo. Pude comprobar, a lo largo de la horas que permanecí con ellos –durante varios días- que se producen muestras externas de mucho respeto a los mandos de la institución. Por otro lado, existiendo como existe un Club para la Policía, no se verá jamás a un agente tomando café, tomando copas, o incluso merendando o almorzando en horas de servicio, no solo en el Club del Cuerpo, sino, tampoco en bares u otros establecimientos de la urbe gibraltareña. Infracciones internas disciplinarias de este tipo, serían severamente castigas de ser detectadas, cosa poco frecuente. (en la imagen: el autor en la entrada del Club Social de la RGP, todo un lujo de instalaciones, y no se come nada mal)

En Gibraltar existe un comité que controla y supervisa todas las quejas ciudadanas formuladas contra las actuaciones policiales. Este órgano recibe el nombre de Comité de Autoridad y lo conforman personas ajenas a la R.G.P. Cuando el Comité recibe una denuncia, esta, inmediatamente, es elevada al departamento de Asuntos Internos del Cuerpo y estos serán los competentes para decidir si investigan el tema. Pueden creerme, esto se toma muy en serio.

Los agentes destinados a labores normales de seguridad ciudadana, suelen trabajar en tres turnos típicos de Mañana-Tarde-Noche. Normalmente, los turnos están conformados por 24 funcionarios, entre los cuales están los adscritos a calabozos, transmisiones y radiopatrullas a pies o en vehículos.

Es digno de referencia, y también de sana envidia, que los calabozos que poseen las dependencias de la Police Station (Comisaría) están permanentemente vigilados y grabados por un completo sistema de C.C.T.V. En realidad, desde que se entra en la Comisaría, todo está siendo grabado. Los detenidos son filmados en todo momento, incluso durante su estancia en los calabozos. También, la persona –lógicamente, conductora de vehículos- que es sometida a la prueba de alcoholemia es filmada durante la prueba. Esto, como bien supondrán todos, es una gran ventaja policial a la hora de acreditar acciones violentas, lesiones u otras actitudes incívicas o ilícitas.

Medios materiales: vehículos y armas
La flota de vehículos es muy amplía en la Royal Gibraltar Police, poseyendo una gama muy extensa de los mismos. Dada la configuración callejera de la urbe gibraltareña, la motocicleta se presenta como el vehículo policial más eficaz. Tanto la Unidad de Tráfico como el turno de servicio normal, (lo que en España sería Seguridad Ciudadana) poseen motocicletas de la marca HONDA modelo CB750P. Este modelo concreto de motocicleta es muy apreciado por los agentes, estando en servicio algún ejemplar con más de 15 años de antiguedad, sin que exista intención de cambiar ni de marca ni de modelo.

A nivel de vehículos patrulla de otro tipo, están en servicio turismos, furgonetas, todoterrenos y pickups. Existen un total de 16 coches patrulla, tipo turismo, de las marca HONDA Civic 2.0cc y de la marca HYUNDAI Elentar 1.6cc, ambos de gasolina. En lo referente a otros segmentos de coches de trabajo, en servicio tienen varias marcas asignadas: TOYOTA Hiace TD-2,5cc, NISSAN Primaster TD-2,5cc y MITSUBISHI L300 TD-2,5cc. Al contrario que en España, los coches patrulla no poseen mamparas de separación para traslado de detenidos o personas agresivas. El traslado de presos y/o detenidos, siempre se efectúa en vehículos que están especialmente configurados con jaulas o celdas metálicas en sus zonas traseras, serán casi siempre furgonetas.

Aún estando diseñados para el traslado de detenidos, las furgonetas “jaula” se emplean en servicios normales de patrulla. Es lógico, en “ruta” debe haber siempre un coche con capacidad para trasladar detenidos o violentos. Por cierto, todos los vehículos tienen instaladas emisoras de radio transmisión. El sistema de comunicaciones de uso en la R.G.P. es el conocido y moderno sistema TETRA, tanto para las emisoras fijas de los vehículos como en los equipos portátiles de comunicación.

Recientemente, todos los vehículos de cuatro ruedas de la R.G.P. han sido dotados de un modernísimo sistema de cámara de video-grabación digital. El sistema permite grabar imágenes y audio desde el instante que el agente conductor pone en marcha el motor del vehículo para iniciar el servicio. Una minúscula cámara de video va instalada en el puente del sistema prioritario policial, sobre el techo del vehículo. Lógicamente, la cámara está debidamente protegida. Desde el interior, los agentes pueden manejar, a su antojo, la dirección y el zoom de la cámara, la cual gira en todas las direcciones y ángulos. El sistema permite, también, la grabación de audio dentro y fuera del vehículo. Una vez se detiene el motor del vehículo, el sistema sigue grabando por espacio de 15 minutos, esto tiene su sentido práctico-policial: cuando el agente se baja del vehículo, y lo deja estacionado, para efectuar una intervención policial, si la cámara ha quedado dirigida hacia el punto de la intervención…todo quedará debidamente filmado. Toda la información tomada por el sistema de grabación es recibida, en el acto, en la Comisaría, pudiendo también, mediante un pendrive, descargarse los datos en cualquier ordenador.

Pese al alto coste económico que ha supuesto la implantación de este novedoso sistema en todos los vehículos policiales, la Jefatura del cuerpo está muy satisfecha con el desembolso. Para las tareas propias de los equipos de investigación policial, se emplean diversos tipos de vehículos, los cuales, por motivos obvios, están desprovistos de sistemas policiales identificativos externos.

El tema del armamento en una organización policial tan clásica como es esta, no está “cuajado” del todo. En el periodo de formación, en la Academia, no se adiestra al recluta en el uso y empleo del arma, será después, una vez se posea la certificación de funcionario de Policía, y además con dos años de antigüedad, cuando se podrá optar a la formación en tiro y armamento. Solo una pequeña parte de los agentes poseen cualificación para trabajar con armas. Los servicios que se prestan con estas son muy concretos. Actualmente, solo en el aeropuerto se trabaja con armas de fuego. Llegado el caso de alertas terroristas o de otra índole, los altos mandos podrán designar otros servicios armados. En cualquier caso, y ante emergencias surgidas en “caliente” el Inspector de Servicio, y Jefe del Turno, podrá acceder a varias armas que solo podrán emplear aquellos agentes que estén certificados por los instructores y siguiendo los protocolos internos.

Las armas de fuego de dotación, en la actualidad, son: pistola austriaca Glock-17 del calibre 9mm Parabellum, y el subfusil germano Heckler und Koch MP-5 en igual calibre. Existen dos versiones de MP5 en servicio, unas de culata fija y otras de culata retráctil, pero en cualquier caso, ninguno dispara en ráfaga (automático), solo en tiro a tiro (semiautomático). La pistola se porta en una funda de cintura de la misma marca del arma, y en caso de servicio urbano armado, el agente solo portará un cargador (en el arma). Cuando se trabaja en el aeropuerto, tanto para el subfusil como para la pistola, se portan dos cargadores. Como en otras organizaciones británicas similares, el empleo del arma implica, automáticamente, el uso de protección balística. En la actualidad, los chalecos antibala son de la marca británica LBA International Limited y son de nivel de protección IIIA.

A los agentes se les dota, para todo tipo de servicios, de un chaleco táctico reflectante, el cual posee una gran diversidad de bolsillos para el transporte de grilletes, linternas, defensa extensible y boletín de denuncias así como el radiotransmisor. Para todo aquel que lo desee usar, existen chalecos tácticos reflectantes anticuchillo, pero debido a que son más pesados e incómodos, no son muy usados.

Realidad delincuencial del Peñón:
Este territorio británico de ultramar, como casi cualquier zona del mundo civilizado, posee una diversidad de incidencias policiales muy variopintas. La realidad delictiva en Gibraltar es baja, no difiere mucho de la realidad de cualquier ciudad española con ratios delincuenciales bajos. Ahora bien, lo que es distinto, y además diametralmente diferente, es el sistema judicial que se aplica en La Roca. Es increíblemente diferente al sistema español. Estando tan cerca y siendo tan iguales en tantas cosas, allí, en Gibraltar, de no abonarse una sanción por conducir sin hacer uso del cinturón de seguridad, se puede acabar detenido o en prisión. Pondré varios ejemplos más: la posesión de una navaja automática, de mariposa, o de un bastón extensible o un puño americano, suponen, en el acto, la detención del sujeto portador de tales efectos. Esto, en España, se persigue en vía administrativa, o sea: una simple multa que se pagará o no…pero que jamás llevará a privar de libertad al deudor de la multa.

La negativa a someterse a la prueba de impregnación de alcohol, cuando se conducen vehículos a motor, es delito y conlleva detención, como en nuestro país. Ahora bien, si la tasa arrojada en la prueba es de 0,35 mg/l en aire, se procede a la detención inmediata del conductor. En nuestro país el margen es superior, casi el doble. Sirva otro ejemplo, la tenencia de hachís (droga clase B en La Roca), aunque sea en mínima cantidad de consumo, supondría la detención del portador, si bien, la primera vez que se detecta tal infracción, y si la cantidad es muy pequeña y el Jefe de Servicio lo estima oportuno, “dará una segunda oportunidad”, eso sí, la acción queda registrada informativamente: no habrá una segunda oportunidad. Cuando se trata de droga clase A, como la cocaína u otras, no hay segundas oportunidades, aún cuando la cantidad sea mínima para consumo propio. (en ambas imágenes: el Comisario de la RGP, en plena resolución de un atraco, con arma de fuego, acaecido en julio de 2010. Todo salió bien...)

Tanto las sanciones económicas como las posibles medidas privativas de libertad, por la comisión de las infracciones antes referidas u otras, serán siempre impuestas por la autoridad judicial. Por cierto, en La Roca, el Ministerio Público o Fiscal, trabaja con la Policía, de un modo muy similar como pasa en EE.UU. Se podría establecer, muy someramente, el siguiente orden jurisdiccional de la Justicia en Gibraltar: Juez de Paz, Tribunal de Menores, Corte Menor y Tribunal Supremo. El Juez de Paz suele ser un ciudadano de nombre conocido e intachable conducta social y ciudadana y tiene competencia en materia de infracciones menores, como las que relacioné en el párrafo anterior. El tribunal de Menores juzga los delitos cometidos por los menores de 17 años de edad (edad penal fijada en este territorio británico).

Para el resto de delitos está la Corte Menor y el Tribunal Supremo. El primero de estos órganos judiciales está formado por 1 Magistrado o por 3 Jueces de Paz. El Tribunal Supremo lo componen un Juez y un Jurado Popular compuesto por 9 ciudadanos.
CONTINUARÁ...

lunes, 20 de septiembre de 2010

MAESTROS SIN MAESTRÍA: "Todo por la pasta" (2ª Parte)

Por: Ernesto Pérez Vera

El viento de levante reinante en este rincón del norte de África, y la casualidad, me ha obligado a escribir la segunda parte de “todo por la pasta” algo que no estaba previsto (ver la primera parte: http://goiptarifa.blogspot.com/2010/08/todo-por-la-pasta-ocurre-en-otros.htmlre-en-otros.html)

El mundo es un pañuelo, pero a veces está lleno de mocos. Esta tarde he mantenido una interesante conversación con otro apasionado de su trabajo. A este amigo se le notaba que amaba su trabajo, y no solo por como hablaba de él sino por como lo trabajaba. Mi amigo no es compañero, no viste uniforme ni lleva placa, es mi antenista particular. El tío disfruta con sus antenas y cables como yo con mis incautaciones y detenciones. Entre una cosa y otra, y mientas solucionaba una avería en casa, me ha comentado que fue opositor a Policía Local, quizás era de esperar, pues es hijo del Cuerpo y un tipo sano y formal.

Pues bien, hablando de cuando estudiaba para ser poli, me comentó que su profesor privado para las oposiciones era un Licenciado en Derecho que estaba Doctorado en una rama del Derecho. Un tipo muy titulado, y sin duda cualificado. Pero me ha sorprendido el concepto que ese profesor le trasmitió de lo que es un agente de la autoridad. Según mi amigo, su profesor le dijo a toda la clase: “…un Policía Local deja de ser POLICÍA al salir de su municipio de trabajo…” sin más palabras y sin más matices. Más tarde, según parece, añadió: “…eso no pasa con los agentes del C.N.P. y de la G.C., pues ellos, vayan donde vayan…son siempre POLICÍAS…” y así, una vez más, sentenció sin más matices y aclaraciones.

Para colmo, como ejemplo evidente de que lo que sostenía era cierto, soltó ésta otra perla: “…a los PP.LL. les quitan el arma de fuego al acabar el servicio –dijo le quitan- y sin embargo a los agentes del Estado –C.N.P. y G.C.- se la dejan llevar a casa…” Así es señores, el Licenciado, sin anestesia, les colocó eso a sus alumnos. Como era de esperar, los alumnos confiaban en su ilustre profesor, y eso, unido a las ansias de aprendizaje, quedó marcado a fuego en la mente de los jóvenes aspirante. Por estas cosas es por lo que algunos se creen que la tienen más larga…y me refiero a la placa.

¡Por Dios, por Dios¡ Como pudo decir burradas de ese calibre un señor tan titulado, que además es funcionario “clase A” de la administración. La casualidad viene ahora. El antenista que me contaba esto no recordaba el nombre de su profe, que por cierto cobraba 150 euros por una clase de dos horas. Pero yo, al ir oyendo al joven, recordé una anécdota personal vivida en la Academia de Policía en mis inicios como alumno. Tuve un profe con idéntico perfil académico al que soltaba esas perlas, y al que, con educación y discreción, corregí en su día durante una clase. La corrección fue relativa a la L.O. 1/92, que por cierto, el Licenciado profesor demostró no conocer más que su apodo: Ley Corcuera. En fin, el profe aceptó mi envite y días después, y en público, admitió que el alumno que lo rectificó…estaba en lo cierto.

La cosa es que yo conté a mi interlocutor esta anécdota, para que así viera que no siempre el que más nivel académico posee tiene razón. Traté de hacerle ver que por dinero hay quien pierde el pudor y habla de cosas que no domina, parapetándose para ello tras títulos, diplomas o galones. Fue en ese momento cuando a mi amigo le vino a la mente el nombre del profe. Lo recordó pero sin apellidos. Cuando mencionó ese nombre, yo di un respingo y dije un apellido…y ¡voila! El mundo es un pañuelo y, en este caso, lleno de mocos. El mismo profe que daba patadas al ordenamiento jurídico en mi academia de policía…era el mismo “melón” que engañó, por no conocer lo matices, a sus alumnos de 150 euros los 120 minutos.

Aquellos de mi promoción que lean esto, con un solo detalle ya mencionado, sabrán quien es susodicho profesor, y lo sabrán incluso si no recuerdan la anécdota de mi discreta corrección pública.

A estas alturas de la campaña, no creo que haya que recordarle a nadie que cualquier policía, sea del cuerpo que sea, debe ser considerado como tal aún fuera de servicio y fuera de su demarcación policial; eso sí, si es que tiene que investirse del carácter de agente de la autoridad mediante su identificación ante situaciones que lo requieran. Y por cierto, -solo por recordarlo- no es que pueda intervenir en los supuestos que refiero arriba, sino que estará obligado a ello por el ordenamiento jurídico.

Así nos luce el pelo, y que se salve el que pueda. A unos los mal enseñan o engañan mientras son aspirantes y a otros cuando ya son alumnos, pero da igual, lo importante es que el profe tenga “papeles” y gane billetes…

domingo, 12 de septiembre de 2010

En Barcelona: Iª Jornada sobre balística de efectos, cartuchería de uso policial y fisiología del enfrentamiento armado

INTERNATIONAL POLICE ASSOCIATION (I.P.A.) Sección Española – Comunidad Autónoma de Cataluña Secció Espanyola – Comunitat Autònoma de Catalunya AGRUPACIÓ DE VILADECANS Organització amb estatus consultiu davant el Consell Econòmic i Social de les Nacions Unides i del Consell d’Europa OFICINA

I.P.A. VILADECANS Organiza:
Iª Jornada sobre balística de efectos, cartuchería de uso policial y fisiología del enfrentamiento armado
¿De verdad crees que tu arma de servicio dispara proyectiles eficaces? ¿Vas a seguir creyendo todo lo que te han contado sin intentar averiguar si es todo cierto…? ¿Por qué actuamos como lo

hacemos en casos de vida o muerte? ¿Por qué no siempre podemos hacer todo lo que nos han enseñado en la galería de tiro?


Tras un enfrentamiento armado, ¿por qué no siempre recordamos todo lo ocurrido? ¿Trabajas con compañeros y jefes que creen que nunca pasa nada? ¿Estás cansado de argumentar que siempre puede pasar lo que nunca has imaginado?
Si eres un Policía comprometido con la realidad y quieres mejorar tus conocimientos técnicos en balística de efectos, cartuchería de uso policial y

fisiología humana en enfrentamientos armados o “a vida o muerte”, ¡¡¡INSCRÍBETE YA!!!

¡Ya está bien! No sigas creyendo cosas que no son ciertas. Deja de creer en leyendas urbanas. Te va a gustar y te va a servir ¡Te estamos esperando!

1ª Parte: BALÍSTICA DE EFECTOS Y CARTUCHERÍA METÁLICA
Conceptos como la transferencia de energía de los proyectiles en el instante del impacto, la Punta Hueca (no es ilegal para las FYCS españolas), diferentes nomenclaturas de los cartuchos nacidos en la Europa Continental, fuera de ella y en América.

2ª Parte: FISIOLOGÍA HUMANA DURANTE UN ENCUENTRO HOSTIL
Los pasos que siguen todos los órganos humanos desde que se detecta una grave acción, y el camino que se sucede durante la defensa o la huída de esa acción. Técnicas de tiro instintivas y naturales que nacen sin ser instruidas y que se contradicen con las técnicas que durante años se nos han enseñado en las academias.

3ª Parte: LA REALIDAD DEL ENCUENTRO ARMADO
Descubrirás, por ti mismo, que la realidad del encuentro armado está totalmente alejada de las mentiras que se nos cuentan en las galerías de tiro. En España, aunque muchos parecen no querer verlo, hay muchos casos de agentes atacados, heridos y/o muertos.

La gran ventaja: cartucho en recámara. Si vienes, obtendrás argumentos para poder demostrar que montar el arma ante un delincuente, cuando el ataque está en curso, no sirve para hacer deponer la actitud hostil. Consigue argumentos a favor del uso de la Doble Acción o acciones similares.

La ignorancia y cobardía están sentadas en cómodos sillones de mando.

Vamos a ver las circunstancias que, de modo omnipresente, aparecen en la mayor parte de enfrentamientos armados entre policías y delincuentes. En base a las conjeturas que se obtengan, deberán, todos ustedes, de organizar sus entrenamientos de tiro con armas de fuego.

Expone: Ernesto Pérez Vera
Comenzó su carrera profesional como militar a temprana edad, posteriormente pasó al sector privado donde ejerció de auxiliar de investigación privada, vigilante de seguridad y escolta privado.

Ernesto, en la actualidad, es agente de Policía en La línea (Cádiz) y ha estado siempre asignado a Unidades de Seguridad Ciudadana y a esporádicos servicios de Protección de Autoridades Locales. También estuvo al mando de la Unidad Especial de Policía Local de La Línea, hoy GESC.

Ernesto es Instructor de tiro acreditado por la Academia de policía de la Comunidad de Madrid, y miembro de la Asociación Española de Instructores de Tiro Policial (AEITP).

Desde 2008 es Redactor de la Revista Internacional, de temática Defensa/Seguridad: War Heat Internacional, de la editorial War Press, poseyendo, por tanto, acreditación de Prensa.

Lamentablemente, Ernesto ha pasado por una dura situación de vida o muerte, motivo por el cual, aún en situación de activo, ha sido declarado Incapacitado Permanente Parcial para el servicio. Ernesto sabe lo que es salir vivo de un grave encuentro en el que tuvo que hacer uso de su arma de fuego.

Fecha: 9 de noviembre de 2010

Horario: de 16:00 a 21:00 horas

Lugar: Auditorio de Can Calderón, Carrer d'Andorra, 64 08840 Viladecans

Precio: 30 € los socios IPA y 40 € los no socios

Incluye: diploma de asistencia, camiseta

Dirigido a: Miembros de las FCSE, servicios emergencias y seguridad privada.

Para más información y reserva de plazas contactar con: Alex Pérez en el teléfono 630 41 28 55 o por mail: alex_ipaviladecans@hotmail.es

Colaboran: Ayuntamiento de Viladecans, Gim Defensa y Motivación y Equipamiento Policial GAMS

Si quieres una plaza, realiza la transferencia bancaria por el importe del curso en: Banesto Núm. Cuenta: 0030-2196-79-0000589272 Especificar Nombre, Apellidos y nombre del Curso

lunes, 6 de septiembre de 2010

El incidente del Sgto. Marcus Young (UN CASO REAL)

Desarmado, con cuatro impactos y sin manos: el incidente de Marcus Young
Por: Ernesto Pérez Vera


Este es el relato de un incidente policial ocurrido en Norteamérica. Mi amigo Ender, en su día, lo publicó en su blog. Ender lo tradujo de la lengua inglesa a la española, ¡y por Dios!, mereció la pena. Su blog: El último azul ( http://elultimoazul.blogspot.com/ ), tiene varios relatos publicados, y en todos ellos se pueden leer situaciones extremas de enfrentamientos a vida o muerte entre “malos” y policías. De la lectura de estos relatos, se pueden obtener conjeturas muy significativas. Muchas de esas historias han sido tratadas en artículos profesionales, algunos de ellos, publicados en este blog.

Situación operativa:
El criminal vacía, sobre el agente, un revólver del calibre .38 Especial, dejándole su brazo diestro paralizado, y después le destroza la otra mano. Por si no fuera suficientemente… el “malo” saca un fusil de asalto.

Empezamos. Es el 7 de marzo de 2003 y el Sargento Policía Marcus Young se encuentra en el inicio de su turno de noche. Ese día está patrullando por un barrio del Departamento de Ukiah (California). Young es veterano de la Marina y segundo dan de Karate Shorinryu, y además lleva 18 años dando el callo en la calle con su uniforme y su placa.

Le acompaña un chaval de 17 años, un explorador de la policía –una especie de auxiliar policial- que se llama Julián Covella. Young es un marido devoto y un padre modelito, tiene cuarenta años y es el director de la APA del colegio de sus hijos. Su propio hijo está pensando en entrar en los cadetes de la policía para ver, como acompañante de una patrulla, el trabajo desde dentro. Por eso Young ha cogido esta noche a Julián, para ver como funciona la cosa antes de llevar a su hijo.
La radio emite una llamada de rutina: una persona intentando hurtar algunas cosillas en un Wal Mart. El Sargento se hace cargo de la llamada y se traslada al lugar. En los próximos minutos, él y su joven cadete, se salvaran la vida el uno al otro.

A las 21:48 horas ya están el lugar comisionado por la sala de transmisiones. Mientras, el cadete vigila la escena. El Sgt. Young tiene ya, en custodia, a la que parece ser la “pequeña” ladrona. La sospechosa de hurto resulta ser: Mónica Winnie de 18 años pero aparenta tener 30 años. El Guardia de Seguridad de Wal Mart, Brett Schott, también se encuentra en el lugar, y observa como Young, traslada, amablemente, a la señorita hasta el asiento trasero del coche patrulla.

De manera súbita, mientras el Sargento está identificando a la chica, aparece un varón en el lugar donde se lleva acabo la actuación policial. El tipo no es ni muy alto ni muy bajo, es de tamaño medio. El sujeto se mueve rápido y directo hacia ellos a través del aparcamiento. Viste chaqueta y lleva las manos metidas en los bolsillos. Su cara es la de Satanás y no es un efecto de la luz del parking…

Neal Beckman es el nombre de quien parece el mismo demonio, y es el compañero de la detenida. Beckman tiene 35 años, es caucásico y tiene un largo y malvado historial policial a sus espaldas. Es miembro de los Nazi Low Riders, una peligrosa banda, y se le busca por el robo en una casa, cuyo botín es de 100.000 dólares. Su aspecto no es casual: lleva bigote y perilla de carnero, y se ha tatuado dos cuernos demoníacos en la frente. También lleva un enorme demonio tatuado en la espalda. En el bolsillo izquierdo de la cazadora, su mano empuña un cuchillo de caza, y con la mano derecha empuña un revólver S&W modelo 637 Airweight de cinco disparos.

Young, hasta ahora, no ha detectado la presencia de Beckman en la escena… y cuando lo hace…es tarde. Ya está demasiado cerca. Young le grita y ordena: “…SACA TUS MANOS DE LOS BOLSILLOS…”. No hay respuesta. El agente le repite la orden y entonces Beckman, con una sonrisa satánica, le dice: “…TENGO UN CUCHILLO…”. Young reacciona rápido. Como policía y como experto en artes marciales, logra agarrarle el brazo del cuchillo y le hace una luxación. En el forcejeo nota que algo ha crujido en el brazo del sospechoso, pero Satanás no suelta el cuchillo.

Ambos forcejean sobre el chasis del coche. De pronto: un flash, calor y olor a chamusquina. El Sargento Young se acaba de dar cuenta que ese maldito hijo de puta le ha disparado a bocajarro en su rostro. ¡Que putada! En el torbellino de acontecimientos que sigue, todo ocurre muy rápido, aunque a los ojos del agente Young todo se mueve a cámara lenta. Sabe que está recibiendo más impactos de bala: ve el resplandor, pero no oye nada.

Empieza a notar que el brazo derecho le arde, y también la espalda. Para colmo, y a la par, siente como un “martillazo” en el lado izquierdo del cuerpo, como si un bateador le hubiese dado en los riñones con todas sus fuerzas.

Lo curioso es que en medio de ese infierno, Young oye perfectamente gritar, con histeria, a la detenida que permanece aún en la parte trasera del coche patrulla. Brett Schott, -el Guardia de Seguridad- que está desarmado, se mete en la pelea sin pensárselo, y carga contra Beckman. El Guarda de Seguridad agarra el revólver y tras forcejear con él, logra arrebatárselo. Ni siquiera se da cuenta de que el arma está descargada: “Satanás” ha disparado ya los 5 tiros, y cuatro le han impactado al policía en diversas zonas de su anatomía.

El demonio se cambia el cuchillo de mano, se revuelve violentamente contra el Guardia de Seguridad y lo apuñala brutalmente. La hoja le penetra el pecho y en el acto le colapsa el pulmón. Beckman hace palanca con la hoja y agrava la herida, cortando por completo el deltoides de su víctima.

Schott –el Guarda de Seguridad- logra quitarse de encima a Beckman, y sabiéndose debilitado y al borde de la muerte por shock hipovolémico, corre buscando desesperado cobertura entre los vehículos estacionados en el aparcamiento.

Mientras tanto, Young ha logrado incorporarse y ha decidido desenfundar su arma, una Beretta 96G del calibre .40 SW. Su idea es tumbar a su adversario, y pretende levantar el arma a la altura de sus ojos, una vez desenfunde; pero se da cuenta de que la orden mental no ha llegado al brazo. Un proyectil del .38 Spl. le ha pulverizado el húmero, y de camino le ha dañado el nervio principal del brazo. Lo intenta otra vez pero no sirve de nada. Su entrenamiento hace efecto y recuerda que en su Departamento de Policía se instruye a los agentes para que usen la mano débil ante un caso como este.

Young lo intenta ahora con su mano débil, pero algo no va bien. Se mira la mano izquierda y se da cuenta de que la tiene partida por la mitad, huesos, músculo y tendones fuera. La cosa se complica al extremo. El sospechoso se desplaza y se va corriendo hacia el coche patrulla, cuando lo alcanza… se pone a rebuscar en su interior.

Young se asusta aun más, se ha dado cuenta de que Beckman no pretende salir huyendo de allí en el coche policial. El criminal está buscando un interruptor oculto que existe en los coches patrulla, ese interruptor da acceso a dos armas repletas de munición y mucho más letales que el revólver que usó antes.

El Departamento de Ukiah dota a todos los patrulleros con dos armas largas para cada coche. Una es una escopeta Remington 870 de corredera, del calibre 12 y munición “00” Buckshot. El otro arma está asegurada en el techo, por encima del reposa cabezas, y es aun peor que la escopeta. Se trata de Fusil de Asalto, un HK-33. No solo es del calibre 5,56x45mm, si no que además tiene selector de fuego automático.

El tío que acaba de dejar fuera de juego a dos hombres, ahora está punto de tener acceso a un arma que es, literalmente, una “ametralladora”. La cosa se ha puesto muy jodida, pero cuando hay agallas y ganas de sobrevivir… casi todo se puede.

El Cadete/Explorador Julián Covella ha estado presenciando esta carnicería. Ha permanecido quieto, impávido y sin moverse. El Departamento obliga a los cadetes, mediante cláusula, a NO intervenir bajo ninguna circunstancia en las intervenciones de los policías, tampoco pueden involucrarse físicamente bajo ningún concepto.

El chaval está dividido entre obedecer la norma o seguir su instinto del deber. Cada célula de su cuerpo le pide actuar. Ya ha esperado demasiado, está más que justificado que ataque. Young lo llama y le dice que le desenfunde el arma y se la ponga en la mano. Covella obedece y saca la Beretta 96G, colocándosela en la deforme mano izquierda que no para de sangrar.

Young, más tarde, le dio las gracias a sus instructores por haberle enseñado a disparar con la mano izquierda. Arrodillándose, levanta el arma hasta el nivel de los ojos, no apunta, le resulta imposible, simplemente coloca el arma a esa altura.

En el coche, Satanás intenta desesperadamente sacar las armas de sus anclajes para acabar con lo que ha empezado. Young tiene que disparar a través de la puerta, porque Beckman está medio agachado. Dispara una vez, (la munición es calibre .40 de Punta Hueca) pero no aprecia reacción, así que dispara de nuevo, pero nada… la bala no parece atravesar la puerta del coche.

Momento para el Plan B. Nuevamente levanta el arma, pero está alarmado por los ineficaces primeros disparos. El delincuente se gira dentro del coche y mira por la ventana… mira hacia abajo y ve, a su altura, al agente de rodillas. La mirada de Satanás va de la boca de fuego de la Beretta, a los ojos del policía. Antes de que pueda reaccionar, Young dispara a unos centímetros de su cara y lo hace desde el otro lado del cristal. Le impacta en la cara. El adversario se agacha y Young dispara de nuevo.

Tras mantenerse a cubierto durante un tiempo, –a él le pareció una eternidad- se da cuenta de que todo ha acabado. El “malo” está fuera de combate. Sabe que ha sido herido múltiples veces en el torso, la cara, la espalda y las manos y no sabe cuanto va a poder permanecer despierto. El sargento puede ver al Guardia de Seguridad nadando en sangre y al cadete, intacto, en medio de aquel matadero.

Le dice a Julián que pida ayuda por la radio. Luego, siguiendo lo que aprendió en las clases del Coronel Dave Grossman (el autor de On Killing), Young procura relajar la respiración y continuar…

Acabando
La ambulancia llegó rápido y la actuación de los sanitarios fue eficaz, pero el centro médico donde lo trasladaron solo estaba equipado con un quirófano. Solo una persona podría ser atendida. El heroico Guardia de Seguridad estaba muy grave, casi a punto de morir, había perdido la mitad de su sangre, así que fue atendido primero. Los médicos tardaron tres horas en estabilizarle pero consiguieron salvarle la vida.

El Sargento Young, durante todo ese tiempo, aguantó sin sedantes, como un campeón. Había perdido más de un litro de sangre y su tensión era muy baja, por lo que no pudo ser anestesiado. Luego manifestaría que no empezó a sentir verdadero dolor hasta 45 minutos después del tiroteo. La Adrenalina, Noradrenalina y el Cortisol, hicieron su trabajo ¿les suena…?

La primera bala le dio en la mejilla izquierda y salió por detrás del cuello, por fortuna no toco nervios ni cerebro .Nunca perdió la conciencia. Él no recordaba exactamente la frecuencia de los disparos, solo recordaba, con claridad, el disparo que recibió en el brazo derecho.

Otra bala atravesó el chaleco, quedando alojada en su espalda. Esta herida provocó graves heridas internas que necesitaron (como la herida del brazo) una gran operación primaria, y otras tantas en el futuro. El impacto de la bala en su lado derecho fue parado por su chaleco Point Blank Level III-A (el nombre le viene que ni pintado, “A quemarropa”). Dejó un moratón enorme con su posterior derrame, pero no pasó de ahí. Los Doctores dirían en su informe posterior que si el proyectil NO hubiera sido parado por el Kevlar, hubiera provocado heridas no compatibles con la vida, matando a Young en el acto. La herida de la mano izquierda también tuvo que ser operada varias veces para reparar los tendones.

“Satanás” fue encontrado muerto en el interior del coche patrulla. El tercer disparo de Young le había dado en plena frente, pero no fue ese impacto el que provocó su muerte. El proyectil entró bajo la piel de la cabeza y salió por “el pellejo” del cuello. Al moverse dentro del coche, y al recibir el impacto, mientras se giraba, -quizás para salir del coche por la puerta contraria- se puso de espaldas al agente, dejando las posaderas en la línea de tiro, y fue ese último disparo de Young, a través de la ventana, el que impactó en el trasero. Ese proyectil se abrió camino y penetró muy profundamente “de culo a cabeza”. Ese proyectil afectó el hígado y terminó su recorrido alojándose en la base del cuello. Este disparo fue mortal de necesidad.

Ambos implicados recibieron disparos en la cabeza, y sin embargo ninguna de las heridas fue lo suficientemente grave como para producir la muerte o la paralización. La bala que mató al criminal y la que podría haber matado al policía entraron por la zona baja de la espalda (dato este a tener en cuenta)

Aquella noche fatal, Young no llevaba un segundo arma. Manifestó que de haber llevado una segunda pistola, al alcance de la mano débil, habría acabado con su atacante antes, probablemente antes de que éste accediera al coche.

Young continúa usando el chaleco antibalas religiosamente. En enero del 2004, Young ingresó en el “Kevlar Survivors Club” durante la conferencia anual de la American Society for Law Enforcement en ST. Louis. Se unió a los más de 3.000 hermanos y hermanas que deben su vida a la tecnología. Young tiene oficialmente reconocido ser el miembro nº 2.751 que salvó su vida gracias al chaleco.

Young da crédito al entrenamiento recibido en su Departamento y a lo aprendido del Coronel Dave Grossman, así como a los cursos privados realizados por su cuenta; y también a su entrenamiento en artes marciales. Todo esto le ayudó a resistir las heridas y mantener la mente clara, optando por una solución creativa de supervivencia, manteniendo la calma. Supo lo que debía hacer estando herido y encontrándose en una situación terrorífica.

En la misma conferencia de ST Louis, el Doctor French Anderson, especialista en el análisis del tiroteo del FBI de 1986 –mítico, histórico y archi-estudiado tiroteo- hizo referencia directa al Incidente de Young, sentenciando su discurso con: “…SI PUEDES PENSAR Y PUEDES MOVERTE, ENTONCES ERES CAPAZ DE SEGUIR PELEANDO…”.

Curiosamente, ésta era la tercera vez que un criminal le apuntaba a la cabeza con un arma de fuego. Antes de este incidente, Young había sufrido pesadillas en las que revivía que le apuntaban a la cabeza y cuando él disparaba su arma, para defenderse, ésta NO funcionaba. Desde aquella noche fatídica, con feliz final, las pesadillas cesaron inmediatamente. (¿Curación accidental de estrés post-traumático por confrontación de una situación igual pero resuelta satisfactoriamente?)

En el coche del sospechoso se encontraron varias bombas caseras, la ladrona fue acusada del robo, posesión de explosivos y de otros delitos pendientes. Brett Schott y Julián Cavella recibieron innumerables honores y agradecimientos, así como menciones y condecoraciones. Cavella, el cadete/explorador, ahora está terminando su formación como piloto de la Marina.

Young ha recibido todas las condecoraciones que se pueden conceder a un Policía en U.S.A., y ahora, trabaja como policía en labores administrativas. Su Incidente es materia de estudio en las Academias de Policía de Estados Unidos. Es un devoto defensor de las técnicas de control de miedo en situaciones de crisis, recomienda siempre una mentalización adecuada, entrenar en todas las circunstancias operativas posibles y ¡NUNCA JAMÁS RENDIRSE!

Los Nazi de Low Ryders, le han amenazado de muerte, y Young está preocupado y preparado, pero NO ASUSTADO.