Ernesto Pérez Vera
Instructor de Tiro Policial y Defensivo
El agente de policía por lo general NO está psicológicamente preparado para afrontar un enfrentamiento armado real, y para colmo, la inmensa mayoría de los planes de formación y entrenamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España, no guardan relación con la realidad del enfrentamiento.
Esto es algo que ya fue asumido en Estados Unidos. Allí se analizan y estudian todos y cada uno de los casos en los que un agente de la ley (aquí en España denominado Agente de la Autoridad) se ve envuelto en un enfrentamiento en el que se hace uso de las armas de dotación reglamentaria. Estos análisis se realizan tanto si el agente fallece como si resulta herido o indemne pero siempre se hace un análisis y estudio de todo lo ocurrido.
Para el análisis, se obtienen datos relativos a la distancia de los enfrentamientos, tiempos de reacción, número de disparos y de impactos, calibres usados, comportamiento de los proyectiles, etc., y de todo ello se obtienen conclusiones que pueden ser tenidas en cuenta para diseñar o programar entrenamientos más eficaces.
El FBI ha realizado un estudio concienzudo sobre detalles relacionados con el fallecimiento de agentes del orden de su país. Este trabajo revela datos referidos a la década de los años 90 del siglo pasado. Así pues, pueden afirmar que el 66% de los agentes que fallecieron por ataque de un delincuente, lo fueron en acto de servicio como agentes patrulleros uniformados y un 22% cayeron durante tareas de investigación.
Las circunstancias en que se produjeron los encuentros armados fueron muchas, detallando en este artículo solo las más significativas. El 21% fallecieron cuando trataban de detener a un delincuente por un delito común. Otro 21% lo hicieron cuando procedían a identificar a sospechosos o infractores de tráfico. El 19% fueron asesinados cuando mediaban en riñas o peleas. El 18% estuvieron envueltos en enfrentamientos con atracadores de establecimientos varios. El 21% restante fueron abatidos en circunstancias variadas. Dentro de estos porcentajes, es de destacar que la mayoría se produjo en horas nocturnas.
Aún siendo los datos anteriores referidos a casos en Norteamérica, serían perfectamente extrapolables a la realidad de nuestro país.
Podríamos en consecuencia, llegar a las siguientes conclusiones:
1º.- En el enfrentamiento real, nuestro agresor dispara o ataca con arma blanca contra nosotros antes de que nos demos cuenta de que se está produciendo un ataque, o de que está apunto de iniciarse.
En los entrenamientos del 80% de los cuerpos policiales de España, eso no se recrea jamás. En nuestro país se entrena de forma estática contra blancos estáticos, y muchas veces se inicia el ejercicio con el arma en la mano y no desde la funda. Tampoco el instructor inculca instinto de supervivencia, el cual puede hacer salir el instinto animal que todos debemos tener escondido en algún sitio.
En esos casos de enfrentamientos reales, es difícil sobrevivir al primer disparo pero en caso de seguir vivo, hay que iniciar cuanto antes una defensa reactiva. No lo olviden, los “buenos” siempre dispararán ante el ataque de los “malos”, por ello casi siempre, el agente resultará herido aún cuando consiga repeler con eficacia el ataque.
2º.- La inmensa mayoría de los ataques, con cualquier tipo de arma (fuego, blanca o contundente) se producen por sorpresa, provocando un shock en el agente atacado.
Si el atacado queda paralizado por el shock, puede estar perdido, pero si consigue reaccionar, normalmente antes de repeler el ataque, se planteará cuestiones sobre las repercusiones legales y mediáticas de su acción
3º.- La reacción instintiva de defenderse debe ser súbita, bien reducir silueta (es natural y a veces se realiza sin que el propio atacado se de cuenta) o bien moverse y ponerse a cubierto y abrir fuego hacia el agresor; esto evitará que el atacante continúe su agresión con tranquilidad y aún sin que provoquemos su puesta fuera de combate, es casi seguro que él errará en sus disparos, nadie es capaz de permanecer tranquilo mientras recibe fuego de réplica.
4º.- Ante todo hay que tener la firme voluntad de sobrevivir, si eso es algo en lo que no estamos entrenados mentalmente o es algo en lo que no hemos meditado antes, no será fácil salir airoso.
5º.- La inmensa mayoría de los enfrentamientos armados se producen entre un metro y siete metros de distancia y sobre todo entre un metro y tres metros o incluso menos.
¿Lleva usted cartucho en recámara? Si no lo lleva, ¿Cree que un agresor dispuesto a matarle a esa distancia le permitirá tiempo para montar el arma? Aunque en la galería de tiro sea usted muy rápido incluso montando el arma con una mano, sepa que eso no podrá hacerlo a cinco metros del agresor, él ya habrá atacado y usted no tendrá tiempo de casi nada, es más, seguramente ya estará usted herido. Cuando usted tenga tiempo de algo…habrá perdido toda habilidad motora fina (habilidad digital aprendida) y ya puede ser tarde…
6º.- Hay que oponerse al instinto natural de huir de un enfrentamiento a las distancias referidas antes. En caso de hacerlo, podremos ser fácil blanco por la espalda.
En los EE.UU. se han dado casos de agentes que se entregaron a sus atacantes, quizás esos agentes creyeron que no saldrían vivos del enfrentamiento y no se defendieron con violencia y con decisión, muchos de esos agentes fueron asesinados con sus propias armas.
7º.- Ante el primer signo de riesgo, el agente debería desenfundar su arma o bien empuñarla desde la funda, presta para el desenfunde. Esto en U.S.A. es norma, pero en España es impensable aún. Llevar un cartucho en recámara y estar adiestrado en el tiro desde Doble Acción, ayuda mucho a salir mejor parado, a veces es decisivo.
No olvidemos de todos modos que lo más difícil es detectar el ataque antes de que éste se produzca, quienes pudieron predecirlo sobrevivieron casi siempre. Hay que mantener siempre activados los estados de alerta.
8º.- El primer instinto ante un ataque es el de agacharse y/o moverse, si eso es lo que va a pasarnos en la realidad (vuelvo a lo mismo del primer punto) ¿Por qué la mayoría de programas de entrenamiento no lo contemplan en sus planes de formación?
9º.- Un agente de policía debe saber que en cualquier momento de su servicio puede ser víctima de una agresión mortal, incluso en situaciones de lo menos sospechosas, como pudiera ser la entrega de una citación en un domicilio. Debe saberlo y debe estar concienciado de ello.
También debe mentalizarse de que ante esos hechos tendrá que defenderse de tal modo que puede provocar la muerte de otro ser humano. Esto es algo que no se inculca en nuestro país, quizás todo lo contrario, aquí se suelen crear tabúes que llevan al miedo y falsos mitos, y que a su vez crean la duda permanente en el agente, haciéndolo inseguro.
10º.- La inmensa mayoría de los enfrentamientos NO suelen durar más de tres segundos, salvo casos muy concretos de asedio a delincuentes atrincherados. Aún así, se debe ir provisto de cargadores de repuesto, porque el “malo” nunca avisa de su ataque y menos todavía de la duración del mismo, además nunca sabremos que circunstancias se pueden dar.
11º.- Casi nunca los agentes hacen más de 4 disparos, no alcanzando el blanco los primeros y sí los últimos disparos, quizás esto en España ocurre porque tratamos de intimidar con disparos al aire o a objetos próximos a la amenaza, de ahí que los primeros disparos no alcancen al agresor. En muy pocos casos se precisa de cambio de cargador, aún así es necesario llevar alguno/s de repuesto. Nunca sabremos que tipo de acción hostil vamos a encontrar o si acaso vamos a perder el cargador del arma durante una carrera, salto de muro o valla, trepas, o forcejeos. (Me reitero apropósito en lo de los cargadores de repuesto)
12º.- Cuando el delincuente está bajo los efectos de drogas o alcohol (es muy frecuente), suele fallar sus disparos, aún así, él es quien inicia siempre la confrontación y si es a muy corta distancia, puede causar baja en el agente incluso cuando sus disparos vayan bajos.
El delincuente en nuestro país por lo general no está adiestrado en el manejo de armas (esto cada vez es menos cierto) así pues sus disparos suelen irse hacia abajo aún cuando los dirija al pecho de agente. Esto sería positivo si los disparos se producen a distancias largas pero la mayoría de las veces sabemos que se producen a muy cortas distancias, de modo que a 3 metros si el malhechor dispara al pecho del agente, sus disparos podrán ir a la zona baja del mismo, tocando órganos importantes por debajo del esternón.
Según la distancia a la que dispare el agresor y si sus disparos se desvían hacia abajo, se pueden producir rebotes que podrían acabar impactando en la zona media alta del cuerpo de agente atacado. Esto es fácil de comprobar recreando la situación en el campo de tiro, con suelo firme, duro y con una silueta.
13º.- El calibre usado por el agente no siempre es decisivo, ni tampoco el tipo de proyectil. Lo realmente decisivo es el lugar del cuerpo donde se consiga impactar al atacante, si bien el impacto en un punto concreto de la anatomía humana, puede ser más eficaz con determinados calibres y/o tipos de proyectil.
Ante situaciones límite de enfrentamiento real, solo un agente extremadamente entrenado será capaz de impactar en la zona deseada y aún así, él no maneja todos los factores que intervienen. ¿Qué prefieren impactar a 3 metros en su agresor con un 9mm Corto en la frente o con un .357 Magnum en el pie?
Seguidamente se exponen algunos casos cercanos en el tiempo y en el espacio, casos reales ocurridos en nuestro país.
Así pues, el 12 de agosto de 2002 falleció un Inspector del C.N.P. en Madrid, el agente fallecido estaba acompañado de otros tres agentes del mismo cuerpo y trataban de identificar, para posteriormente detener, a un ciudadano colombiano de 39 años que se hallaba implicado en la muerte de otro sudamericano. Todos los agentes del dispositivo eran de la Brigada Provincial de Homicidios, todos ellos resultaron heridos por los disparos que el colombiano efectuó en un portal donde los agentes le esperaban. Solo uno de los agentes del dispositivo fue capaz de hacer fuego efectivo y herir de un disparo en el abdomen al criminal colombiano.
El día 1 de marzo de 2003 un agente de P.L. de Marbella resultó herido grave al recibir en su cuerpo un impacto de bala. Los hechos se produjeron cuando el agente trató de identificar a dos sujetos que conducían un vehículo sustraído, si bien existían sospechas de que los sujetos hubieran participado en un tiroteo. Los hechos ocurrieron en el Trapiche (barrio marbellí). Uno de los delincuentes resultó herido pero de menos gravedad que el agente, en cualquier caso parece que no fue detenido. Los delincuentes portaban chalecos antibalas, que fueron hallados días después con varios impactos. Se contabilizaron hasta 30 disparos en la escena del suceso. Se da la circunstancia de que el agente herido es el Instructor de Tiro de la P.L. de Marbella y ya ha tenido dos enfrentamientos similares.
El 29 de diciembre de 2004 dos agentes del C.N.P. de la Unidad de Motos se adentraron en un edificio de la barriada de las Tres Mil Viviendas de la ciudad de Sevilla, en dicho edificio se trapicheaba con pequeñas dosis de droga y los agentes, una vez dentro del bloque, llamaron a una puerta que se hallaba abierta y donde sabían que a veces se vendían papelinas de cocaína y heroína. Los agentes iban solos, sin más apoyo, se disponían a realizar un servicio que para cualquier agente cumplidor, sería rutinario. Una vez los moradores de la vivienda advirtieron la presencia policial en la puerta de la casa, sin mediar palabras abrieron fuego con escopetas de caza, los agentes repelieron el fuego con sus armas cortas de dotación. El resultado fue que murió uno de los traficantes, tres más resultaron heridos y ambos agentes heridos también, uno por golpes severos en la cabeza con barra de acero y el otro por disparos en las piernas.
El 6 de abril de 2006 un agente de la G.C. destinado en la Comandancia de Segovia resultó gravemente herido por arma de fuego durante la realización de un control de carretera, los autores de los disparos resultaron ser delincuentes habituales que huyeron del lugar en vehículo. Según parece, los agentes de la G.C. del Dispositivo Estático del Control, no fueron capaces de herir a ninguno de los atacantes, pese a estar todos los agentes en un dispositivo donde se trabaja con una especial sensibilidad y atención, además de dotados supuestamente de armas largas.
El 29 de mayo de 2006 en la ciudad madrileña de Parla, un agente de P.L. que se hallaba franco de servicio, fue víctima de un robo con violencia e intimidación a la salida de un banco en el que acababa de realizar gestiones particulares. El funcionario fue agarrado por el cuello y asaltado por tres personas que con armas punzantes le hirieron a la vez que golpeaban su cabeza en el suelo. Por suerte este agente iba armado con una pistola personal, no de dotación reglamentaria y cuando tuvo ocasión y aún estando herido de gravedad, consiguió abatir de un disparo a uno de sus atracadores. El delincuente falleció prácticamente en el acto por un disparo en la cabeza, el cual tuvo entrada por mentón y salida por occipital, con trayectoria ascendente. Según parece, se da la circunstancia de que este agente es Instructor de Tiro Policial Reactivo.
El 10 de febrero de 2008 un agente de la P.L. de Granada fue herido por arma de fuego durante la identificación del conductor de un vehículo que iba a ser denunciado administrativamente por conducción negligente. El disparo alojó un proyectil del calibre .22 L.R. cerca de la base del pene del agente. Parece que el disparo se produjo desde un edificio próximo al lugar donde el agente realizaba la identificación.
El día 23 de marzo del 2008 un agente del C.N.P. que patrullaba en unión de otro compañero, recibió durante la madrugada un disparo a corta distancia durante la identificación de dos sospechosos en un barrio marginal de la ciudad de Benidorm, el agente herido recibió el disparo en el pecho y le provocó gravísimas heridas al agente. Los autores de los disparos no fueron ni heridos ni detenidos, los agentes no fueron capaces de hacer uso de sus armas.
El 28 de noviembre de 2008 en la ciudad alicantina de Petrer, se produjo un tiroteo entre los dos atracadores de una entidad bancaria y agentes de la P.L. y del C.N.P. Como resultado de la refriega, dos agentes del C.N.P. resultaron heridos por los disparos, uno de ellos recibió tres impactos, de los cuales uno, impactó en la mandíbula. Los atracadores también recibieron varios disparos. Uno de los delincuentes acabó herido por dos impactos en el pecho y el otro falleció tras recibir siete impactos repartidos por distintas partes de su cuerpo, pero incluso cuando ya había recibido los tres primeros disparos, seguía esgrimiendo su arma hacia los agentes.
El 13 de febrero de 2009, un agente de la Policía Municipal de Madrid resultó herido por arma blanca en una mano y por disparo de arma de fuego en un píe. En la misma actuación, un agente del CNP recibió una cuchillada en un hombro. Las heridas de arma blanca de ambos agentes, la produjo un ciudadano de Ghana que se mostró agresivo y violento cuando era identificado; mientras que la herida de arma de fuego en el píe del PM de Madrid, la provocó un disparo del agente del CNP. Finalmente el ciudadano de Ghana fue detenido tras recibir un disparo en una pierna, aunque con el impacto en la extremidad, consiguió huir varios cientos de metros del lugar de los hechos.
Saquen sus propias conclusiones.
En los casos reales anteriormente expuesto de forma tan sucinta, quedan reflejados supuestos varios, en los cuales podemos advertir correctas actuaciones policiales, otras quizás menos correctas, otras de las actuaciones denotan gran pericia y habilidad y otras quizás, adolecen de ella. En cualquier caso, todos los agentes, tuvieron el añadido de la mala suerte. Seguro que todos los que sobrevivieron, se preguntaron ¿Por qué a mi…por que yo…?. Muy sencillo, porque ustedes estaban trabajando y cumpliendo con una obligación que no siempre es reconocida como merece por quien corresponde, una veces por los mandos, otras por los compañeros y otras por los ciudadanos.■
PUBLICADO EN EL NÚMERO DE ABRIL/MAYO 2009 DEL PERIÓDICO ARMAS.ES Y EL 20 DE AGOSTO DE 2009 EN LA REVISTA Nº80 DE WAR HEAT INTERNACIONAL
Instructor de Tiro Policial y Defensivo
El agente de policía por lo general NO está psicológicamente preparado para afrontar un enfrentamiento armado real, y para colmo, la inmensa mayoría de los planes de formación y entrenamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España, no guardan relación con la realidad del enfrentamiento.
Esto es algo que ya fue asumido en Estados Unidos. Allí se analizan y estudian todos y cada uno de los casos en los que un agente de la ley (aquí en España denominado Agente de la Autoridad) se ve envuelto en un enfrentamiento en el que se hace uso de las armas de dotación reglamentaria. Estos análisis se realizan tanto si el agente fallece como si resulta herido o indemne pero siempre se hace un análisis y estudio de todo lo ocurrido.
Para el análisis, se obtienen datos relativos a la distancia de los enfrentamientos, tiempos de reacción, número de disparos y de impactos, calibres usados, comportamiento de los proyectiles, etc., y de todo ello se obtienen conclusiones que pueden ser tenidas en cuenta para diseñar o programar entrenamientos más eficaces.
El FBI ha realizado un estudio concienzudo sobre detalles relacionados con el fallecimiento de agentes del orden de su país. Este trabajo revela datos referidos a la década de los años 90 del siglo pasado. Así pues, pueden afirmar que el 66% de los agentes que fallecieron por ataque de un delincuente, lo fueron en acto de servicio como agentes patrulleros uniformados y un 22% cayeron durante tareas de investigación.
Las circunstancias en que se produjeron los encuentros armados fueron muchas, detallando en este artículo solo las más significativas. El 21% fallecieron cuando trataban de detener a un delincuente por un delito común. Otro 21% lo hicieron cuando procedían a identificar a sospechosos o infractores de tráfico. El 19% fueron asesinados cuando mediaban en riñas o peleas. El 18% estuvieron envueltos en enfrentamientos con atracadores de establecimientos varios. El 21% restante fueron abatidos en circunstancias variadas. Dentro de estos porcentajes, es de destacar que la mayoría se produjo en horas nocturnas.
Aún siendo los datos anteriores referidos a casos en Norteamérica, serían perfectamente extrapolables a la realidad de nuestro país.
Podríamos en consecuencia, llegar a las siguientes conclusiones:
1º.- En el enfrentamiento real, nuestro agresor dispara o ataca con arma blanca contra nosotros antes de que nos demos cuenta de que se está produciendo un ataque, o de que está apunto de iniciarse.
En los entrenamientos del 80% de los cuerpos policiales de España, eso no se recrea jamás. En nuestro país se entrena de forma estática contra blancos estáticos, y muchas veces se inicia el ejercicio con el arma en la mano y no desde la funda. Tampoco el instructor inculca instinto de supervivencia, el cual puede hacer salir el instinto animal que todos debemos tener escondido en algún sitio.
En esos casos de enfrentamientos reales, es difícil sobrevivir al primer disparo pero en caso de seguir vivo, hay que iniciar cuanto antes una defensa reactiva. No lo olviden, los “buenos” siempre dispararán ante el ataque de los “malos”, por ello casi siempre, el agente resultará herido aún cuando consiga repeler con eficacia el ataque.
2º.- La inmensa mayoría de los ataques, con cualquier tipo de arma (fuego, blanca o contundente) se producen por sorpresa, provocando un shock en el agente atacado.
Si el atacado queda paralizado por el shock, puede estar perdido, pero si consigue reaccionar, normalmente antes de repeler el ataque, se planteará cuestiones sobre las repercusiones legales y mediáticas de su acción
3º.- La reacción instintiva de defenderse debe ser súbita, bien reducir silueta (es natural y a veces se realiza sin que el propio atacado se de cuenta) o bien moverse y ponerse a cubierto y abrir fuego hacia el agresor; esto evitará que el atacante continúe su agresión con tranquilidad y aún sin que provoquemos su puesta fuera de combate, es casi seguro que él errará en sus disparos, nadie es capaz de permanecer tranquilo mientras recibe fuego de réplica.
4º.- Ante todo hay que tener la firme voluntad de sobrevivir, si eso es algo en lo que no estamos entrenados mentalmente o es algo en lo que no hemos meditado antes, no será fácil salir airoso.
5º.- La inmensa mayoría de los enfrentamientos armados se producen entre un metro y siete metros de distancia y sobre todo entre un metro y tres metros o incluso menos.
¿Lleva usted cartucho en recámara? Si no lo lleva, ¿Cree que un agresor dispuesto a matarle a esa distancia le permitirá tiempo para montar el arma? Aunque en la galería de tiro sea usted muy rápido incluso montando el arma con una mano, sepa que eso no podrá hacerlo a cinco metros del agresor, él ya habrá atacado y usted no tendrá tiempo de casi nada, es más, seguramente ya estará usted herido. Cuando usted tenga tiempo de algo…habrá perdido toda habilidad motora fina (habilidad digital aprendida) y ya puede ser tarde…
6º.- Hay que oponerse al instinto natural de huir de un enfrentamiento a las distancias referidas antes. En caso de hacerlo, podremos ser fácil blanco por la espalda.
En los EE.UU. se han dado casos de agentes que se entregaron a sus atacantes, quizás esos agentes creyeron que no saldrían vivos del enfrentamiento y no se defendieron con violencia y con decisión, muchos de esos agentes fueron asesinados con sus propias armas.
7º.- Ante el primer signo de riesgo, el agente debería desenfundar su arma o bien empuñarla desde la funda, presta para el desenfunde. Esto en U.S.A. es norma, pero en España es impensable aún. Llevar un cartucho en recámara y estar adiestrado en el tiro desde Doble Acción, ayuda mucho a salir mejor parado, a veces es decisivo.
No olvidemos de todos modos que lo más difícil es detectar el ataque antes de que éste se produzca, quienes pudieron predecirlo sobrevivieron casi siempre. Hay que mantener siempre activados los estados de alerta.
8º.- El primer instinto ante un ataque es el de agacharse y/o moverse, si eso es lo que va a pasarnos en la realidad (vuelvo a lo mismo del primer punto) ¿Por qué la mayoría de programas de entrenamiento no lo contemplan en sus planes de formación?
9º.- Un agente de policía debe saber que en cualquier momento de su servicio puede ser víctima de una agresión mortal, incluso en situaciones de lo menos sospechosas, como pudiera ser la entrega de una citación en un domicilio. Debe saberlo y debe estar concienciado de ello.
También debe mentalizarse de que ante esos hechos tendrá que defenderse de tal modo que puede provocar la muerte de otro ser humano. Esto es algo que no se inculca en nuestro país, quizás todo lo contrario, aquí se suelen crear tabúes que llevan al miedo y falsos mitos, y que a su vez crean la duda permanente en el agente, haciéndolo inseguro.
10º.- La inmensa mayoría de los enfrentamientos NO suelen durar más de tres segundos, salvo casos muy concretos de asedio a delincuentes atrincherados. Aún así, se debe ir provisto de cargadores de repuesto, porque el “malo” nunca avisa de su ataque y menos todavía de la duración del mismo, además nunca sabremos que circunstancias se pueden dar.
11º.- Casi nunca los agentes hacen más de 4 disparos, no alcanzando el blanco los primeros y sí los últimos disparos, quizás esto en España ocurre porque tratamos de intimidar con disparos al aire o a objetos próximos a la amenaza, de ahí que los primeros disparos no alcancen al agresor. En muy pocos casos se precisa de cambio de cargador, aún así es necesario llevar alguno/s de repuesto. Nunca sabremos que tipo de acción hostil vamos a encontrar o si acaso vamos a perder el cargador del arma durante una carrera, salto de muro o valla, trepas, o forcejeos. (Me reitero apropósito en lo de los cargadores de repuesto)
12º.- Cuando el delincuente está bajo los efectos de drogas o alcohol (es muy frecuente), suele fallar sus disparos, aún así, él es quien inicia siempre la confrontación y si es a muy corta distancia, puede causar baja en el agente incluso cuando sus disparos vayan bajos.
El delincuente en nuestro país por lo general no está adiestrado en el manejo de armas (esto cada vez es menos cierto) así pues sus disparos suelen irse hacia abajo aún cuando los dirija al pecho de agente. Esto sería positivo si los disparos se producen a distancias largas pero la mayoría de las veces sabemos que se producen a muy cortas distancias, de modo que a 3 metros si el malhechor dispara al pecho del agente, sus disparos podrán ir a la zona baja del mismo, tocando órganos importantes por debajo del esternón.
Según la distancia a la que dispare el agresor y si sus disparos se desvían hacia abajo, se pueden producir rebotes que podrían acabar impactando en la zona media alta del cuerpo de agente atacado. Esto es fácil de comprobar recreando la situación en el campo de tiro, con suelo firme, duro y con una silueta.
13º.- El calibre usado por el agente no siempre es decisivo, ni tampoco el tipo de proyectil. Lo realmente decisivo es el lugar del cuerpo donde se consiga impactar al atacante, si bien el impacto en un punto concreto de la anatomía humana, puede ser más eficaz con determinados calibres y/o tipos de proyectil.
Ante situaciones límite de enfrentamiento real, solo un agente extremadamente entrenado será capaz de impactar en la zona deseada y aún así, él no maneja todos los factores que intervienen. ¿Qué prefieren impactar a 3 metros en su agresor con un 9mm Corto en la frente o con un .357 Magnum en el pie?
Seguidamente se exponen algunos casos cercanos en el tiempo y en el espacio, casos reales ocurridos en nuestro país.
Así pues, el 12 de agosto de 2002 falleció un Inspector del C.N.P. en Madrid, el agente fallecido estaba acompañado de otros tres agentes del mismo cuerpo y trataban de identificar, para posteriormente detener, a un ciudadano colombiano de 39 años que se hallaba implicado en la muerte de otro sudamericano. Todos los agentes del dispositivo eran de la Brigada Provincial de Homicidios, todos ellos resultaron heridos por los disparos que el colombiano efectuó en un portal donde los agentes le esperaban. Solo uno de los agentes del dispositivo fue capaz de hacer fuego efectivo y herir de un disparo en el abdomen al criminal colombiano.
El día 1 de marzo de 2003 un agente de P.L. de Marbella resultó herido grave al recibir en su cuerpo un impacto de bala. Los hechos se produjeron cuando el agente trató de identificar a dos sujetos que conducían un vehículo sustraído, si bien existían sospechas de que los sujetos hubieran participado en un tiroteo. Los hechos ocurrieron en el Trapiche (barrio marbellí). Uno de los delincuentes resultó herido pero de menos gravedad que el agente, en cualquier caso parece que no fue detenido. Los delincuentes portaban chalecos antibalas, que fueron hallados días después con varios impactos. Se contabilizaron hasta 30 disparos en la escena del suceso. Se da la circunstancia de que el agente herido es el Instructor de Tiro de la P.L. de Marbella y ya ha tenido dos enfrentamientos similares.
El 29 de diciembre de 2004 dos agentes del C.N.P. de la Unidad de Motos se adentraron en un edificio de la barriada de las Tres Mil Viviendas de la ciudad de Sevilla, en dicho edificio se trapicheaba con pequeñas dosis de droga y los agentes, una vez dentro del bloque, llamaron a una puerta que se hallaba abierta y donde sabían que a veces se vendían papelinas de cocaína y heroína. Los agentes iban solos, sin más apoyo, se disponían a realizar un servicio que para cualquier agente cumplidor, sería rutinario. Una vez los moradores de la vivienda advirtieron la presencia policial en la puerta de la casa, sin mediar palabras abrieron fuego con escopetas de caza, los agentes repelieron el fuego con sus armas cortas de dotación. El resultado fue que murió uno de los traficantes, tres más resultaron heridos y ambos agentes heridos también, uno por golpes severos en la cabeza con barra de acero y el otro por disparos en las piernas.
El 6 de abril de 2006 un agente de la G.C. destinado en la Comandancia de Segovia resultó gravemente herido por arma de fuego durante la realización de un control de carretera, los autores de los disparos resultaron ser delincuentes habituales que huyeron del lugar en vehículo. Según parece, los agentes de la G.C. del Dispositivo Estático del Control, no fueron capaces de herir a ninguno de los atacantes, pese a estar todos los agentes en un dispositivo donde se trabaja con una especial sensibilidad y atención, además de dotados supuestamente de armas largas.
El 29 de mayo de 2006 en la ciudad madrileña de Parla, un agente de P.L. que se hallaba franco de servicio, fue víctima de un robo con violencia e intimidación a la salida de un banco en el que acababa de realizar gestiones particulares. El funcionario fue agarrado por el cuello y asaltado por tres personas que con armas punzantes le hirieron a la vez que golpeaban su cabeza en el suelo. Por suerte este agente iba armado con una pistola personal, no de dotación reglamentaria y cuando tuvo ocasión y aún estando herido de gravedad, consiguió abatir de un disparo a uno de sus atracadores. El delincuente falleció prácticamente en el acto por un disparo en la cabeza, el cual tuvo entrada por mentón y salida por occipital, con trayectoria ascendente. Según parece, se da la circunstancia de que este agente es Instructor de Tiro Policial Reactivo.
El 10 de febrero de 2008 un agente de la P.L. de Granada fue herido por arma de fuego durante la identificación del conductor de un vehículo que iba a ser denunciado administrativamente por conducción negligente. El disparo alojó un proyectil del calibre .22 L.R. cerca de la base del pene del agente. Parece que el disparo se produjo desde un edificio próximo al lugar donde el agente realizaba la identificación.
El día 23 de marzo del 2008 un agente del C.N.P. que patrullaba en unión de otro compañero, recibió durante la madrugada un disparo a corta distancia durante la identificación de dos sospechosos en un barrio marginal de la ciudad de Benidorm, el agente herido recibió el disparo en el pecho y le provocó gravísimas heridas al agente. Los autores de los disparos no fueron ni heridos ni detenidos, los agentes no fueron capaces de hacer uso de sus armas.
El 28 de noviembre de 2008 en la ciudad alicantina de Petrer, se produjo un tiroteo entre los dos atracadores de una entidad bancaria y agentes de la P.L. y del C.N.P. Como resultado de la refriega, dos agentes del C.N.P. resultaron heridos por los disparos, uno de ellos recibió tres impactos, de los cuales uno, impactó en la mandíbula. Los atracadores también recibieron varios disparos. Uno de los delincuentes acabó herido por dos impactos en el pecho y el otro falleció tras recibir siete impactos repartidos por distintas partes de su cuerpo, pero incluso cuando ya había recibido los tres primeros disparos, seguía esgrimiendo su arma hacia los agentes.
El 13 de febrero de 2009, un agente de la Policía Municipal de Madrid resultó herido por arma blanca en una mano y por disparo de arma de fuego en un píe. En la misma actuación, un agente del CNP recibió una cuchillada en un hombro. Las heridas de arma blanca de ambos agentes, la produjo un ciudadano de Ghana que se mostró agresivo y violento cuando era identificado; mientras que la herida de arma de fuego en el píe del PM de Madrid, la provocó un disparo del agente del CNP. Finalmente el ciudadano de Ghana fue detenido tras recibir un disparo en una pierna, aunque con el impacto en la extremidad, consiguió huir varios cientos de metros del lugar de los hechos.
Saquen sus propias conclusiones.
En los casos reales anteriormente expuesto de forma tan sucinta, quedan reflejados supuestos varios, en los cuales podemos advertir correctas actuaciones policiales, otras quizás menos correctas, otras de las actuaciones denotan gran pericia y habilidad y otras quizás, adolecen de ella. En cualquier caso, todos los agentes, tuvieron el añadido de la mala suerte. Seguro que todos los que sobrevivieron, se preguntaron ¿Por qué a mi…por que yo…?. Muy sencillo, porque ustedes estaban trabajando y cumpliendo con una obligación que no siempre es reconocida como merece por quien corresponde, una veces por los mandos, otras por los compañeros y otras por los ciudadanos.■
PUBLICADO EN EL NÚMERO DE ABRIL/MAYO 2009 DEL PERIÓDICO ARMAS.ES Y EL 20 DE AGOSTO DE 2009 EN LA REVISTA Nº80 DE WAR HEAT INTERNACIONAL
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